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sábado, abril 20, 2024

Máxima alerta tras la explosión en una central nuclear de Fukushima

Caía la tarde en Japón (15:36 horas) y una fuerte explosión se escuchaba cerca del reactor número 1 de la central nuclear de Fukushima (norte de Tokio). Allí el nivel de radiactividad había aumentado de forma alarmante tras el fuerte seísmo que sacudió ayer el este de Japón. Cuatro trabajadores de la central nuclear han resultado heridos por los efectos de la explosión, pero no se encuentran en estado crítico, según informa la empresa operadora, Tokyo Elecytric Powe Co.

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La alarma ha cundido en todo el país y en la comunidad internacional, pero el Gobierno de Japón, tras hacer un llamamiento a la calma, ha asegurado que la explosión no ha sido en el reactor y que no ha generado ninguna fuga radiactiva importante.

En una rueda de prensa, el ministro portavoz, Yukio Edano, ha explicado que tampoco se ha dañado el depósito que protege al reactor y que la explosión se ha debido a una reacción química entre hidrógeno y oxígeno. También ha informado de que el nivel de radiactividad en la zona ha bajado.

El primer ministro japonés, Naoto Kan, que ha calificado lo sucedido como “una catástrofe nacional sin precedentes”, se ha trasladado a la planta horas antes del comunicado y afirmó que se habían liberado “mínimas cantidades de radiación” de la central de Fukushima tras el terremoto de 8, 8 grados de magnitud en la escala abierta de Richter que sacudió este viernes la costa este de Japón, informó la agencia local Kyodo.

La explosión produjo daños en techos y paredes de la central, y en ella resultaron heridos cuatro técnicos que trabajaban en la liberación de presión de los reactores de la planta para evitar una fusión después de que la situación se agravara por los fallos en el sistema de refrigeración.

La radiación en la planta subió a un nivel inusual (la sala de control de uno de los reactores la radiación se disparó hasta 1.000 veces por encima de su nivel habitual), de acuerdo con la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, por lo que se ordenó la evacuación de 46.000 personas, un perímetro de 10 kilómetros que después se aumentó de nuevo hasta los 20 kilómetros —medida que continua activa—. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha solicitado urgentemente a las autoridades japonesas información sobre esta explosión.

Se ha confirmado la muerte de casi 600 personas como consecuencia del terremoto que asoló el viernes amplias zonas de la región noreste de Japón.

Se encontraron de 400 a 500 cadáveres más en la prefectura de Miyagi. Todo parece indicar que la cifra de muertos podría ser superior a mil.

De las 563 personas cuya muerte se confirmó en la región de Tohoku hasta las tres de la tarde, hora local, 221 eran de la prefectura de Iwate, 190 de la de Fukushima, 149 de la de Miyagi, dos de la de Aomori y una de la de Yamagata.

Asimismo, se informó a la policía local que se habían descubierto entre 200 y 300 cadáveres en la ciudad de Sendai, prefectura de Miyagi, pero que es imposible entrar en ese lugar para retirarlos.

Otros 100 cuerpos han sido llevados a un gimnasio de la ciudad de Iwanuma y se recuperó un número similar en la ciudad de Natori, prefectura de Miyagi.

Aún hay más de 190 desaparecidos en las prefecturas de Iwate, Fukushima, Miyagi y Aomori.

Las autoridades japonesas vigilan de cerca los cinco reactores de las dos centrales nucleares de Fukushima (Daiichi y Daini, situadas a 240 kilómetros de Tokio) afectadas por el terremoto de ayer. Esta mañana se ha registrado una fuerte explosión en una torre eléctrica situada cerca del reactor número 1 de la planta Daiichi (Fukushima I), donde el nivel de radiactividad había aumentado de forma alarmante, y cuatro operarios han resultado heridos. La Agencia Nuclear de Japón ha descartado que la explosión haya dañado la estructura de protección del reactor pero como nueva medida preventiva el área de evacuación en torno a las dos plantas nucleares de Fukushima ha sido ampliada hasta los 20 kilómetros y más de 45.000 personas han sido sido evacuadas.

El Gobierno de Japón ha reconocido que la radiación en el lugar ha aumentado pero ha hecho un llamamiento a la calma mientras investiga las circunstancias de la explosión. En rueda de prensa, el ministro portavoz, Yukio Edano, ha informado que la explosión no ha sido en el reactor ni ha producido una fuga radiactiva importante. La explosión, que no ha dañado el depósito que protege al reactor, se produjo a causa de una reacción química entre hidrógeno y oxígeno y que ya ha bajado el nivel de radiactividad en la zona que por ahora son “asumibles”. Por su parte, la Prefectura de Fukushima ha explicado que los niveles que se registran ahora cerca de la planta son los equivalentes a los que puede soportar una persona en un año.

Edano ha instado a la población a mantenerse serena y ha asegurado que el Gobierno actuará como si se hubiera registrado el peor de los casos a la hora de ayudar a los residentes. Como medida de precaución, las autoridades han extendido a 20 kilometros el perímetro de seguridad en torno a la central.

Fugas radiactivas

A primeras horas del sábado, el primer ministro japonés, Naoto Kan, visitó la zona afectada y confirmó que se habían liberado “mínimas cantidades de radiación”. En una comparecencia posterior, ante los medios de comunicación, ha calificado de “tragedia sin precedentes” la situación que vivie el país. Según la Comisión para la Seguridad Nuclear de Japón, se ha detectado cesio radiactivo cerca de esa central. Desde el terremoto, la planta nuclear registra problemas en el sistema de refrigeración, que no han podido normalizarse en las últimas horas pese a los mensajes tranquilizadores de las autoridades que han ordenado una evacuación “preventiva” de al menos 45.000 personas.

Hasta 50.000 soldados de las Fuerzas de autodefensa (el nombre del ejército japonés), pertrechados con protecciones nucleares, han sido desplegados en la central para verificar la situación. Las fuerza aéreas de EE UU también han entregado refrigerante a una central nuclear japonesa, según ha comunicado la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, sin especificar la forma en que se ha instalado. “Una de las centrales ha recibido una gran presión tan el temblor y no tiene suficiente líquido refrigerante. Los aviones de la USAF han podido entregarlo”, ha dicho Clinton.

Declarada la emergencia nuclear

La emergencia nuclear declarada en Japón sigue el procedimiento de seguridad internacional para minimizar los daños que el terremoto haya podido causar a las instalaciones nucleares y garantizar que no se han producido fugas radiactivas, como ocurrió en la planta japonesa de Kashiwazaki-Kariwa que vertió al mar unos mil litros de agua contaminada tras el terremoto de 2007.

La alerta se explica porque ni los reactores instalados en el país, una referencia para la seguridad a nivel mundial dado que fueron diseñados para resistir a los seísmos que habitualmente sufre la zona, parecen preparados para soportar un movimiento telúrico de la intensidad del que ha sacudido la costa nororiental del país, de 8,9 en la escala Richter. “Los reactores se diseñan considerando datos históricos de los seísmos de la zona en que se van a construir”, detalla Juli Barceló, exconsejero del Consejo de Seguridad Nuclear, máxima autoridad atómica de España. “En Japón las nucleares están construidas para resistir terremotos de una intensidad alrededor de 7,5”, detalla. “El primer paso, ante la intensidad del terremoto, es decretar la emergencia para asegurarse de que no ha habido averías que desemboquen en fugas o explosiones”.

Las plantas nucleares poseen dos puntos especialmente débiles: el reactor, que debe mantenerse aislado y a una temperatura estable de unos 300 grados centígrados; y el sistema de refrigeración del mismo, que evita sobrecalentamientos que puedan derivar en una explosión. Es el riesgo que ha sufrido la planta atómica de Fukushima, cuyo circuito de refrigeración ha sufrido una avería que ha provocado un fallo en la instalación. “Uno de los motores que alimenta el sistema de refrigeración ha fallado. Es relativamente alarmante porque debería haber funcionado correctamente”, señala José María García Casasnovas, ingeniero industrial experto en energía nuclear y vocal de la comisión de Energía del Colegio de Ingenieros. “Hay que investigar qué ha pasado y si la avería obedece a afectaciones causadas por el terremoto”, añade.

Estados Unidos ha contribuido en un primer momento trasladando en sus aeronaves líquido refrigerante a la planta nuclear de Fukushima, para evitar la posible ruptura del sistema de enfriamiento. Las autoridades niponas siguen pendientes de la evolución del reactor y el combustible nuclear que, pese a hallarse desactivado, todavía no ha podido refrigerarse según lo previsto.

El sistema de refrigeración, crucial

La sacudida sísmica también ha afectado la nuclear de Onagawa, donde se ha incendiado una de las turbinas también vinculadas con el sistema de refrigeración del reactor. Más que las llamas, la alerta se centra en el mal funcionamiento de la refrigeración puesto que si la planta hubiera seguido funcionando el reactor se habría calentado en exceso hasta propiciar su explosión.

Es una sucesión de acontecimientos similar a la que propició el accidente radiactivo de Chernobil en 1986, uno de los mayores desastres medioambientales causados por una central nuclear. “Pero Japón ha paralizado la central inmediatamente y parece que el resto de sistemas de seguridad funcionan según lo previsto. Ahora es primordial certificar que los circuitos de refrigeración y los reactores paralizados pueden seguir operando con seguridad”, advierte Casasnovas. “Por eso la emergencia se mantendrá hasta que se haya descartado cualquier riesgo”, precisa.

La emergencia ha parado aproximadamente el 25% de la potencia nuclear instalada en el país mientras el 75% sigue funcionando con normalidad. “Es una alteración importante que afecta alrededor de la cuarta parte del parque nuclear”, calcula Casasnovas.”Por ahora se está sustituyendo la energía que producían los reactores afectados con plantas de gas líquido, aunque si se prorroga la situación de emergencia Japón quizá deba recurrir a otras fuentes energéticas”.

Fuente: NHK.tv

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