- Publicidad -
martes, abril 23, 2024

Nicéforo, alcalde en fuga

Cada día que pasa, el presidente municipal de Guanajuato, un representante conspicuo de la clase política que fue desalojada del poder a nivel federal en el año 2000, se muestra más como un ejemplo nítido de lo poco que han aprendido los priistas de su trance opositor y lo dispuestos que están a reasumir sus viejos vicios.

Nicéforo Guerrero Reynoso ganó una elección apoyado en la convicción ciudadana de que el panista Eduardo Romero Hicks era lo peor que le había sucedido a la capital del estado, donde vaya que había habido administraciones ineficientes en el pasado reciente.

Probablemente, el médico Romero Hicks ni siquiera hizo los merecimientos para adquirir la fama de ineficiente que le abrió la puerta al regreso priista. Le afectó más su desdén de las formas políticas tradicionales, su tendencia a enzarzarse en disputas inútiles, incluso la pésima costumbre de contar chistes de un humor dudoso a la menor oportunidad.

Sin embargo, para una ciudadanía tan voluble como irritable, esos factores fueron suficientes para emitir un voto de castigo y llevar al poder a un sexagenario con el único mérito de haber tenido un padre ilustre al que debió su paso, tan poco brillante como constante, por la administración pública federal, incluso bajo el gobierno de Vicente Fox.

Apenas llegando, Nicéforo inició su confrontación con la ciudad que lo había elegido como gobernante: en un madruguete permitió la colocación de mesas de restorán en el jardín de la Unión, no tanto para estimular la actividad turística, como para ganarse la voluntad de un regidora de oposición, beneficiada por la decisión: Karen Burstein de Valadez.

En lo que ya es un antecedente histórico, Guerrero Reynoso levantó la ira de núcleos importantes de la ciudad y de la opinión pública local y estatal, por su empecinamiento en favorecer a un particular con un cambio de uso de suelo en las faldas del cerro de La Bufa, escamoteando la decisión al plan de desarrollo urbano vigente.

Para salir del atolladero, en el que quería involucrar como compañeros de viaje al gobernador Juan Manuel Oliva y a la Universidad de Guanajuato, el alcalde priista debió convocar al primer plebiscito de la historia moderna de Guanajuato, el cual perdió por un marcador de estrépito.

Y ahora, enredado en compromisos e intereses que no puede hacer cumplir, se ha convertido en un alcalde viajero que cada vez dedica menos tiempo a ejercer la responsabilidad de gobernar una ciudad con la prosapia y las complejidades de la capital del Estado.

Huyendo de sus atribuciones y de su papel de mediador social, Nicéforo ha embarcado ahora a la Universidad Nacional Autónoma de México en la elaboración del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, pretendiendo colgarse del prestigio ajeno ante la carencia de uno propio.

Desde luego, nadie duda de la solvencia de la UNAM para hacer un estudio de la mayor perfección técnica, al que sólo le faltará un pequeño detalle para adquirir vigencia y funcionalidad: la aprobación por parte de un cabildo cada vez más desgobernado, confrontado e influido por intereses de particulares.

Ahí radica la ceguera de Nicéforo y de muchos priistas de su generación: en el no entender lo que requiere la nueva sociedad que, con todas sus imperfecciones, es infinitamente más dinámica y autogestiva que aquella sobre la que gobernaban autoritariamente los nicéforos del pasado.

El trabajo político, el diálogo, la construcción de consensos no es algo que pueda depender de asesores técnicos, por más calificados que estén, sino de los responsables de regir los destinos de una comunidad y de encontrar caminos en medio de los intereses más confrontados.

El estudio que entregará la UNAM, también debe decirse, no será muy distinto de lo que han hecho profesionistas de la localidad en los dos intentos anteriores por actualizar el plan normativo del desarrollo de la ciudad de Guanajuato. En ambos casos lo que falló no fue el insumo técnico, sino la solución política.

Tomando en cuenta el promedio de bateo de Nicéforo desde que tomó posesión, ya podemos adelantar que la máxima casa de estudios nacional se verá en un serio predicamento para salir de este compromiso. Ya lo veremos.

 

 

Arnoldo Cuéllar Ornelas
Arnoldo Cuéllar Ornelashttp://arnoldocuellar.com/
Arnoldo Cuéllar Ornelas. @arnoldocuellaro. Periodista, analista político. Reportero y columnista en medios escritos y electrónicos en Guanajuato y León desde 1981.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO