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viernes, abril 19, 2024

Off the record 30 de octubre 2018

Terrenos para el Estadio León: discrecionalidad por encima del municipio

En un proceso por demás discrecional, Miguel Márquez eligió personalmente qué predio debía ser elegido para construir el nuevo estadio León. Sólo en un ejercicio tan personalísimo como viajar en el helicóptero de gobierno, sobrevolar el polígono y decir ‘aquí’, se podría ilustrar un proceso que ahora debe revisar la Auditoría Superior del Estado de Guanajuato (ASEG).

Ni que decir del sobreprecio aplicado a este predio ubicado en Los Ángeles y Medina. Se trata de 280 millones de pesos para 12.44 hectáreas que aún deberán justificarse.

Pero fijándose en la simple decisión tomada por Márquez a través de la Secretaría de Finanzas Inversión y Administración, es notable la invasión a la autonomía municipal; no se consultaron los proyectos contemplados, ni el plan de desarrollo urbano, la consideración del Ayuntamiento o al menos un estudio de factibilidad que diera certeza al proyecto. Fue una decisión meramente vertical.

Es entonces donde un organismo que resulta crucial para estos temas es dejado de lado. El Instituto Municipal de Planeación es al final el depositario de los compromisos que provocaron la decisión del hoy exgobernador.

Más de uno vio con suspicacia cuando Grupo Pachuca adquirió el terreno con el sobreprecio incluido. En palabras de su presidente, Jesús Martínez Murguía, la obra pública necesaria para la viabilidad del estadio es más que necesaria, por lo que las constructoras a cargo del proyecto deben entregar el plan maestro que daría claridad a los requerimientos.

Si bien el bulevar Guanajuato estaba ya encarpetado como una vialidad considerada dentro de la conectividad, no hay que dejar de lado las circunstancias en las que se encuentra el predio, con la colindancia al otro costado con el arroyo sobre la calle Río Nilo.

El Implan espera el plan maestro. Lo que ahora no deja de llamar la atención es que junto con la paramunicipal, también lo aguardan la dirección de Desarrollo Urbano, Obra Pública y nada menos que Desarrollo Económico. La consideración del desarrollo del proyecto privado como un polo de atracción de inversiones, es ya vigente tal cual lo heredó Márquez en su decisión de comprar y vender el predio.

Una decisión personal ahora compromete a la administración municipal y, por supuesto, deja de lado los mecanismos institucionales de planeación cuyo papel ahora será darle forma sobre lo que la administración estatal decidió de forma unilateral.

 

Consultas ciudadanas: entre el NAICM y El Zapotillo
Foto: Archivo

Las críticas fueron diversas. Los argumentos por los que no debería llevarse a cabo una consulta ciudadana sobre el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), fueron por demás constantes.

Ya fue, ganó Santa Lucía y no Texcoco, eso fue lo que querían los ciudadanos dijo el presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Lo cierto, es que la práctica para afrontar esas decisiones ya han hecho al maestro en legítimar decisiones que él mismo ha tomado.

AMLO tiene camino en las consultas, lo hizo como jefe de gobierno para preguntar hasta por el horario de verano.

A favor o en contra, López Obrador dejó claro que será un nuevo esquema de trabajo para abrir debate y ponderar muchos temas nacionales y medir la necesidad de realizarlos, sobre todo los que tienen que ver con la infraestructura pública.

“Qué bueno que estamos inaugurando esta etapa de consultas, y a mis adversarios les digo que se vayan acostumbrando, porque cada vez que sea necesario, cuando se amerite, va la consulta. Es más, vamos a reformar la Constitución para que no haya límites y los ciudadanos puedan solicitar, cuando haya un tema e interés público, que se haga una consulta”, así lo compartió.

No nos vayamos lejos y pensemos en la entidad.  ¿Qué tema cumple con todos los requisitos para ser sometido a una consulta?

Un tema que tiene años involucrando a Guanajuato y Jalisco. Que tiene por ahora un estimado de  inversión que ya supera los 15 mil millones de pesos y peor, que ni siquiera está concluido.

Por supuesto, es el proyecto de El Zapotillo, promesa dividida en dos; una presa realizada con recursos públicos y un acueducto que fue licitado y ganado por la empresa con filial española, Abengoa. El segumiento de este proyecto, ya lo ha decidido Andrés Manuel, deberá continuarse sin someterse a consulta, ponderar estudios técnicos o al menos sumergirse en sus dificultades.

El multimillonario proyecto se pensó como la fuente de agua para los Altos de Jalisco y el municipio de León, se firmó al menos el título de concesión en octubre de 2014, han pasado cuatro años y el futuro del proyecto tiene todavía mayor incertidumbre.

Según lo que ha mencionado el presidente electo de la República, aquel tema que se someta a una consulta ciudadana debe cumplir con varios factores; el “eterno” Zapotillo  cumple con cada una de ellas.

El proyecto comenzó siendo una solución al desabasto de agua, es decir, cuando se tomó la decisión de que el proyecto iba, se pensó en la necesidad social, aunque en ella no coincidieron los pueblos cercanos como Temacapulin, Acasico y Palmarejo que desde entonces se levantaron en una lucha contra el proyecto.

El tema político también ha estado presente, en Guanajuato, Acción Nacional ha tomado la lucha de llevarlo a cabo ante todo, sigue estando dentro de la aprobación de recursos del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAL), en la agenda del alcalde Héctor López Santillana y entre los pendientes de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.

En Guadalajara, la postura siempre ha sido clara, León no tiene porque llevarse el agua que sirve a los Altos sobre todo para el sector agropecuario. Las entidades colindantes y hermanas, hasta ahora no han caído en una lucha a donde bien podrían ser orilladas tras no resolverse el proyecto en abandono.

Si con humor se toma, es burdo pensar que todo se resuelva con consultas, pero si esto será una práctica del nuevo gobierno entrante, bien podría considerarse este símil de tema respecto al NAICM, para poner en la mesa del super delegado que tendrá a su cargo Guanajuato, Mauricio Hernández Núñez.

En cuatro años las autoridades de ambas entidades no se han puesto de acuerdo, la obra no arranca y ahora se cumplirá un año de que Abengoa tiró el proyecto, renunció a él. En el entendido de que decisiones técnicas se sometan a votación, no es descabellado sumar a ese esquema El Zapotillo o ¿si?

 

*Con la colaboración de Alfonsina Ávila y Vania Jaramillo

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