Endeudamiento ¿Ahora sí?
Foto: Tere Segura
Alejandro Navarro, alcalde de Guanajuato anunció la pretensión de endeudar a la capital por algo así como 200 millones de pesos.
Sin duda se trata de una declaración de prioridades, aunque no se sabe si del alcalde, o del Ayuntamiento, pues hasta donde se tiene conocimiento, tal propuesta no ha sido aprobada por el resto de los ediles, aunque ya haya sido planteada, con peticiones precisas y otras no tanto, al gobernador del estado.
Llama la atención la declaración de Navarro, porque no queda claro cómo se establecieron esas prioridades, y por tanto cómo es que se decide agotar o superar la capacidad de endeudamiento del municipio con esos proyectos.
Cabe recordar que hasta hace unos meses, cuando el ahora alcalde era diputado, el Congreso determinó que la capacidad para contraer deuda no superaba los 110 millones, pues esa fue la respuesta a aquella ocurrencia de Castro Cerrillo de construir un estacionamiento en la zona de lo que fue la estación del ferrocarril.
Tampoco se observa en la declaración del alcalde, cuánto se va a ahorrar en las rentas de inmuebles y la conveniencia de un edificio que concentre a toda la burocracia municipal, ni algo más delicado: dónde va a estar esa sede de oficinas.
Es obvio que un planteamiento que aún no se hace ni al Ayuntamiento, ni a la sociedad que gobierna, y que se pretende presentar ante el Congreso este mismo mes, merece ser más transparente con más y mejores respuestas.
El PAN, su disyuntiva y su realidad
Acción Nacional está por llegar al momento más álgido de su historia como oposición, con el proceso de elección interna de su dirigencia nacional. Para muchos, se trata de la coyuntura que definirá su futuro y la relación que tendrá con el gobierno federal, ahora en manos de Andrés Manuel López Obrador.
De frente, tienen dos opciones: Manuel Gómez Morín y Marko Cortés.
El primero sin protagonismo público, pero cuyos apellidos llevan una carga histórica de la otrora “escuela de ciudadanía”; el segundo como representante de las actuales redes encabezadas por el excandidato presidencial Ricardo Anaya, que además perdieron estrepitosamente las elecciones presidenciales de julio.
El escenario es claro si se anteponen las circunstancias que envolvieron este proceso interno desde su etapa preparatoria. Con vicios por la coacción a los militantes para que otorgaran su firma a favor de quien es acusado de estar involucrado en los “moches”, la contienda interna avanza sin garantías.
Es en ese contexto que el papel de los estados se vuelve vital.
En el caso particular de Guanajuato la elección tiene un significado mayor. Se trata de la entidad que mayor participación registra gracias a la estructura gubernamental. Dejar que estos militantes se liberen se vuelve una obligación moral.
Los gobernadores aliados a Anaya, para favorecer a Marko Cortés, serán cruciales en un proceso que definirá la identidad de un partido que, hasta ahora, se ha mimetizado con el resto de las fuerzas políticas mediante esquemas de negociación irregular.
Cambiar la historia dependerá, desde ahora, de que los mandatarios estatales entiendan la necesaria e imprescindible democracia interna.
