- Publicidad -
viernes, marzo 29, 2024

PAN: un consejo de adorno

El consejo político estatal del PAN, electo hace apenas una semanas, está viviendo uno de sus peores momentos en medio de la pugna entre el gobernador Juan Manuel Oliva y el dirigente saliente Fernando Torres Graciano.

Para un partido de raigambre democrática, como lo marca la historia panista no sólo en Guanajuato sino en el país, el que uno de sus órganos de deliberación y dirección esté convertido en rehén de una batalla de egos, a la espera de acuerdos donde sus integrantes no están siendo tomados en cuenta, debe ser profundamente frustrante.

No cabe duda que el ejercicio del poder, sobre todo cuando es tan absoluto como ocurre en la entidad, vulnera los valores de un instituto político. La personalidad de los panistas independientes, su orgullo de hombres y mujeres libres, parece haberse diluido para dar paso a la típica conformidad burocrática de quienes se disciplinan para poder seguir cobrando en las nóminas oficiales.

En buena medida, ese es el poder que parece estar ejerciendo el gobernador Juan Manuel Oliva para tratar de mantener su margen de maniobra frente al crecimiento de la base política de Torres Graciano, un cuadro impulsado por el propio mandatario, pero que ha mostrado habilidades suficientes como para trascenderlo.

El dirigente que está por concluir su mandato y cuya sucesión constituye el tema que ha confrontado a ambos personajes, ha logrado un gran ascendiente sobre el panismo local, en buena medida gracias al cumplimiento de la encomienda realizada por el propio Oliva: mantener el control férreo sobre el partido como maquinaria electoral de su propio gobierno.

Quizá, en ese sentido, el problema de Torres Graciano frente a Oliva derive de su propia eficiencia. Sin embargo, al final del día, la resultante no distingue las causas que la motivaron y lo único cierto es que el nuevo PAN, el PAN de Oliva, no dista ya mucho del PRI que combatió hace dos décadas.

En ese panorama, igual responsabilidad le cabe a los panistas en su conjunto, pues ha sido la acción colectiva, y no sólo la actuación de algunos liderazgos, la que ha llevado al partido a convertirse en un aparato al servicio del gobierno en turno y del grupo político que lo ha controlado por lo menos en el último decenio.

La confrontación abierta en el último mes, la cual curiosamente no involucra al grupo dominante contra sus diferentes disidencias, sino que se produce sólo al interior del primero, ha logrado ya el efecto de poner en evidencia al consejo recién electo como si fuera una simple claque de aplaudidores.

Por si algo faltara, también se han venido registrando presiones e incluso amenazas, para tratar de influir en el voto de los consejeros en la próxima elección del nuevo dirigente estatal.

En uno y en otro caso, ambos liderazgos de las corrientes en el oficialismo panista parecen estar llevando las cosas al límite. Por lo pronto, ya algunos consejeros empiezan a reaccionar y a promover la reflexión por su cuenta, aunque no son muchos.

Podría ser uno de los últimos intentos por rescatar a Acción Nacional de la inercia corruptora del poder, antes de que los despierte la realidad con su método implacable.

 

Arnoldo Cuéllar Ornelas
Arnoldo Cuéllar Ornelashttp://arnoldocuellar.com/
Arnoldo Cuéllar Ornelas. @arnoldocuellaro. Periodista, analista político. Reportero y columnista en medios escritos y electrónicos en Guanajuato y León desde 1981.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO