Hay una nueva realidad en Guanajuato: los policías municipales trabajan, en ocasiones, bajo presión de grupos criminales. Ello ha permitido la infiltración en las policías municipales que, a cambio de pagos y cuotas, permiten el crecimiento de actos delictivos en algunas zonas.
Así lo reconoció el delegado en Guanajuato de la Procuraduría General de la República, Martín Levario Reyes, quien desevla la nueva realidad en la entidad pues son los policías, bajo amenaza, quienes trabajan para agrupaciones delincuenciales como infiltrados en las mismas corporaciones.
En paralelo y de a cuerdo al expediente a través del cual se investiga la participación de policías locales con la agrupación criminal autodenominada La Familia Michoacana se hace públiclo que quien fuera director de la policía municipal de Acámbaro, Pedro Gutiérrez Ávila, dijo ser sujeto de esas amenazas “a mí me dio miedo y por eso fue que acepté”, a cambio de 10 mil pesos mensuales.
Entrevistado por Zona Franca durante una reunión que sostuvo con empresarios de Irapuato, Levario Reyes indicó que la infiltración del crimen organizado en las corporaciones de policía es un tema que atañe a muchos municipios, pues en la mayoría de los casos estas situaciones se permiten con impunidad, lo que va degradando el trabajo policial.
“La penetración en las policías municipales ha sido una cuestión recurrente, los han ido a amenazar. Lo que ha pasado es que se han abstenido las policías municipales de denunciarlo y de enfrentarlo de manera fragante”, dijo.
Y es que el delegado de la PGR considera que muchas veces los policías se infiltran con los carteles y reciben cuotas para dejarlos operar en la zona, pero bajo amenazas, lo que no les da otra alternativa a los elementos policiacos, “en algunos casos ha sido así”.
La PGR indica que el cartel La Familia Michoacana es el que mayor fuerza cobra en el estado y sin duda el que sigue operando.
PREPARAN APELAR LIBERACIÓN
Martín Levario Reyes agregó que por ahora preparan su apelación ante el Supremo Tribunal de Justicia a fin de echar abajo la liberación que el juez de Valle de Santiago otorgó a 26 policías de Coroneo y Jerécuaro, acusados de colaborar con el crimen organizado, según las investigaciones que integra la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
“Ese asunto se va apelar, ya lo que resuelva el Tribunal. Nosotros vamos a presentar la apelación y los argumentos legales van a ser expuestos ante el Tribunal para que él valore y resuelva y se acabe el litigio mediático que se generó por esta soltura”.
Por lo que confía que los acusados sean reaprehendidos, tras una determinación que no comparten con Ernesto Aguilera, juez que dio el auto de formal libertad el 21 de mayo pasado, “él resolvió lo que él consideró y no estamos de acuerdo y por eso que resuelva el Tribunal la apelación. Estimamos que tenemos razón y por eso vamos hacer valer los argumentos”.
RECIBÍ AMENAZAS Y ACEPTÉ
Este lunes se revelaron parte de las declaraciones que rindieron algunos de los elementos de la policía municipal quienes fueron aprehendidos durante un operativo de inteligencia por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guanajuato y a quienes les fue dictado auto de formal prisión por el Ministerio Público Federal bajo el delito de colaboración con la delincuencia organizada.
En una parte del expediente, el director de la policía local de Acámbaro, Pedro Gutiérrez Ávila, reconoce que la agrupación criminal La Familia Michoacana lo tenían bajo amenaza.
Del expediente se desprende la declaración de Gutiérrez Ávila, actualmente preso por colaborar con ese grupo delincuencial, donde manifestó que una persona, a quien sólo identificó como El Goyo llegó a verlo porque querían trabajar en la plaza, así que le dio señas de sus actividades, de su familia “y me dijeron que me tenían bien estudiado”.
“Esta persona me dijo que lo que quería era trabajar y que le diéramos protección y que si no aceptaba iba a haber una guerra, es decir, iban a matar a policías y además recibí amenazas personales puesto que me dijo que me tenían bien estudiado, pues sabían mi nombre, mis movimientos, mi rutina de trabajo y tenían ubicadas en dónde estudiaban mis hujas y dónde trabajaba mi esposa, por lo cual a mí me dio miedo fue por eso que yo acepté y les dije que estaba bien, además me pidió que tenía que informarle cuándo iba a haber operativos por parte del Ejército, Policía Ministerial o bien cualquier otra autoridad”.
Hasta este momento, no se han ventilado otras confesiones en las que se haya dicho con claridad esta circunstancia, sin embargo, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guanajuato, acretió la participación de varios policías, entre ellos los mandos de Jerécuaro, Acámbaro, Tarandacuado, Coroneo, Moroleón y Uriangato, quienes estarían vinculados a este tipo de agrupaciones criminales.
