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viernes, marzo 29, 2024

Portada de edición especial de Time muestra Imagen de Bin Laden tachada

La revista Time publicará este jueves una edición especial sobre la muerte de Osama Bin Laden, en la que aparece en la portada una imagen del rostro del líder terrorista tachado con una “X” de color rojo sangre sobre un fondo blanco.

Hasta ahora, Time sólo había recurrido a la sangrienta cruz para marcar la muerte de tres grandes “villanos” de la historia: el alemán Adolf Hitler, el iraquí Sadam Hussein y el jordano Abu Musab al Zarqawi, líder de la rama de Al Qaeda en Irak asesinado por EE.UU en 2006.

La imagen de Bin Laden ilumina una de las fachadas de la plaza de Times Square, donde en la noche del domingo los neoyorquinos celebraron con júbilo la caída del enemigo público número uno de Estados Unidos.

El número será el tercero que Time publique en una semana, después de que el pasado jueves editara una revista dedicada por completo a la boda real en el Reino Unido y el viernes, su número semanal regular.

El semanario Newsweek también prepara una edición especial sobre el operativo que acabó con la vida del terrorista más buscado del mundo, número que llegará el viernes a los quioscos y del que por el momento se desconocen los detalles.

Time recrea la tapa de la muerte de Hitler pero con la figura de Bin Laden

La revista TIME entiende que la muerte de Bin Laden se asemeja al suicidio del jefe del nazismo luego de la Segunda Guerra Mundial.

Por eso, la histórica publicación de EE.UU. sacará un número especial cuya portada será un primer plano de la cara de Bin Laden tachada con una cruz, detalló Infobae.com. Esto será igual a lo que ocurrió cuando la noticia era el suicidio de Adolf Hitler en 1945.

Osama bin Laden, abatido en un operativo de Estados Unidos en Pakistán, nació en la elite saudí y murió como el terrorista más buscado del mundo, un huidizo blanco que, desde la sombra, tuvo en jaque durante más de una década a Estados Unidos y al mundo.

Bin Laden, que murió el domingo a los 54 años en un ataque a su escondite en Abottabad (Pakistán), tenía manchadas las manos, en opinión de millones de personas, con la sangre de miles de inocentes fallecidos en ataques terroristas en las últimas décadas.

Pero además de una mente sanguinaria, Bin Laden fue el gran ideólogo de la “guerra santa” islámica, el artífice de la reunión de grupos militantes de países poco afines bajo un solo lema: el de una hermandad sin fronteras en defensa del Islam.

Esa idea bastó para sustentar una sólida base de operaciones que le convertiría, incluso antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, en el “enemigo público número uno” de Washington.

Los ataques terroristas del 11S, que se cobraron más de 3.000 vidas, marcaron sin embargo un antes y un después en la política exterior norteamericana y el inicio de una “guerra contra el terror” dirigida, en gran medida, a encontrar y acabar con Bin Laden.

La búsqueda duró casi diez años, en los que el paradero del líder de Al Qaeda fue la gran incógnita de los servicios de inteligencia estadounidenses, que rastreaban incansables las montañas fronterizas entre Afganistán y Pakistán.

Allí consideraban que había huido, acompañado de unos 200 rebeldes, el 9 de noviembre de 2001, cuando los talibanes perdieron la localidad de Mazar i Sharif en la guerra de Afganistán.

Desde su refugio, Bin Laden enviaba videos al mundo para dar su opinión sobre asuntos de actualidad política, profería amenazas a Estados Unidos o confirmaba la vinculación de Al Qaeda con ataques terroristas.

Aunque tardó menos de un mes en alabar los atentados del 11-S, no reconoció oficialmente su autoría hasta mayo de 2006, cuando dijo que él mismo había encargado “a los 19 hermanos” la misión.

Las últimas imágenes filmadas de Bin Laden son las del sexto aniversario del 11-S, en septiembre de 2007, que lo muestran con su habitual chilaba, su turbante y la barba completamente negra.

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