La beatificación de Juan Pablo II es de trascendencia universal, afirmó Salvador López Brito, presidente del Congreso de Sinaloa.
Independientemente de la religión que se profese, se debe ver como un hombre cuyo apostolado, prédica y oferta de vida trascendió como un ejemplo a seguir, según López Brito.
“Juan Pablo II fue un hombre de universalidad a toda prueba, como lo demuestra el respeto que mostró por apoyar al hombre por la causa del hombre mismo y no por otros motivos ni razones”.
A título personal, consideró en entrevista, que a Juan Pablo II, “no solamente los católicos, sino toda la humanidad, lo respeta y venera, por su prédica de paz, armonía y especialmente, por su demostración de espiritualidad”.
“Siempre tuvo palabras de aliento y esperanza para los niños, los pobres y los más necesitados, además, su apostolado fue ejemplar y representa un camino a seguir”, enfatizó.
Indicó que para el catolicismo en particular y en general para toda la humanidad, la beatificación de Juan Pablo II es de gran trascendencia y significado.
Con información de Milenio
