Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco reconoció que el celibato sacerdotal no es un dogma de la Iglesia católica sino una norma disciplinaria y, como tal, puede discutirse, aunque consideró que ese debate no se encuentra entre sus prioridades.
“No siendo un dogma de fe, existe siempre la puerta abierta: en este momento no hemos hablado de esto, como programa, al menos por este tiempo. Tenemos cosas más importantes que hacer”, dijo durante la conferencia de prensa a bordo del avión papal en camino de Tel Aviv a Roma.
El pontífice respondió así a una pregunta respecto de la relación entre la Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica. El periodista preguntó si los católicos podrían aprender de los ortodoxos en algunas cosas, por ejemplo que estos últimos tienen sacerdotes casados.
Al respecto Jorge Mario Bergoglio recordó que también la Iglesia católica tiene curas casados, especialmente en los ritos orientales griego católico y copto católico.
“Existen, en el rito oriental, sacerdotes casados. Porque el celibato no es un dogma de fe, es una regla de vida que yo aprecio mucho y creo que sea un don para la Iglesia”, apuntó.
En la conversación durante el vuelo, que duró unos 50 minutos, Francisco abordó asuntos de candente actualidad, entre otros los abusos sexuales contra menores de parte de clérigos. En este tema, dijo, “no habrá privilegios”.
“Es un problema muy grave. Un sacerdote que lleva a cabo un abuso traiciona el cuerpo del Señor. El sacerdote debe llevar al niño o a la niña a la santidad. Y éste confía en él. En cambio de llevarlo a la santidad, él abusa de él o de ella. Es gravísimo”, estableció.
“¡Es como hacer una misa negra! En lugar de llevarlo a la santidad lo llevas a un problema que tendrá por toda la vida. Pronto habrá una misa con algunas personas víctimas de abuso en Santa Marta, y después habrá una reunión, yo con ellos. Sobre esto debe haber tolerancia cero”, ponderó.
Confirmó que existen tres obispos que están siendo investigados por estos delitos, uno de ellos ya fue sentenciado y se le está buscando sanción.
Además reconoció que son inevitables los escándalos en la Iglesia porque “somos humanos y todos pecadores”, pero aclaró que lo importante es evitar que haya más escándalos. Por eso sostuvo que en la administración económica se requiere honestidad y transparencia.
Reveló que en los últimos meses se han cerrado mil 600 cuentas abiertas en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido coloquialmente como “banco vaticano”, cuyos titulares no tenían derecho a tenerlas.
“El IOR es para ayudar a la Iglesia, tienen derecho los obispos, las diócesis, los empleados del Vaticano, sus viudas, las embajadas, pero nada más. No es una cosa abierta. Y este es un buen trabajo, cerrar las cuentas de los que no tienen derecho”, ponderó.
Anticipó que sus próximos dos viajes serán al Continente Asiático: en agosto próximo a Corea, mientras en enero de 2015 a Sri Lanka y Filipinas, a la zona golpeada por el tsunami.
Asimismo habló de una eventual renuncia al papado, como hizo su predecesor.
“Yo haré lo que el Señor me diga que haga. Rezar, tratar de hacer la voluntad de Dios. Benedicto XVI ya no tenía fuerzas y, honestamente, como hombre de fe, humilde como es, tomó esta decisión. Hace 70 años, los obispos eméritos no existían. ¿Qué va a pasar con los Papas eméritos?”, estimó.
“Debemos ver a Benedicto XVI como una institución, ha abierto una puerta, la de los Papas eméritos. La puerta está abierta, habrá otros o no. Dios lo sabe. Yo creo que un obispo de Roma si siente que las fuerzas lo abandonan, debe plantearse las mismas preguntas que se planteó Papa Benedicto”, apuntó.