Integrantes de organizaciones a favor de los derechos de homosexuales y grupos de católicos se enfrentaron este domingo en los alrededores de la Plaza Templo Expiatorio de León.
Alrededor de las 10 de la mañana cerca de 300 personas de 25 grupos apostólicos de la Arquidiócesis de León salieron de la zona peatonal hacia el Templo Expiatorio donde se ofició una misa en contra del aborto, y a favor de la vida y la familia como base de la sociedad.
En tanto, en los alrededores de la Plaza Templo Expiatorio un grupo de 40 personas, integrantes de organizaciones a favor de los derechos homosexuales levantaban pancartas y cartulinas con leyendas como “Los homosexuales no necesitan que oremos, necesitamos que los respetemos”, “Decidir es mi derecho”, y “Apoyamos y aceptamos a nuestros hijos gays, exigimos sus derechos”.
Los enfrentamientos iniciaron cuando al paso de los grupos de católicos, los jóvenes comenzaron a gritar consignas por el respeto a sus derechos y su sexualidad.
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Ante ello, Manuel Rodríguez Frausto, organizador de la procesión, e integrante de la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de León, con un crucifijo en la mano y un rosario en la otra, empezó a orar ante los jóvenes que continuaban gritando consignas para el respeto de sus derechos sexuales y libertad para tomar decisiones sobre su cuerpo.
“Tú les diste Señor a ellos la vida, bendícelos, auxílialos, ayúdales en su causa, no los abandones, ellos son tus hijos como yo soy tu hijo…”, decía el organizador de la marcha católica.
El ambiente se tornó más tenso cuando un grupo de jóvenes católicos desenvolvieron una manta para intentar tapar el paso al grupo pro homosexual, quienes molestos alzaban cada vez más la voz.
“Viva Cristo Rey”, gritaba el grupo de jóvenes católicos, mientras que los otros jóvenes gritaban “Cristo Rey también me ama”.
Aunque gran parte del grupo de católicos ingresó al Templo Expiatorio, por segunda vez se suscitó un conato de violencia cuando algunos jóvenes, acompañados del organizador de la marcha católica, se acercaron a la reja que separa el templo y la plaza para orar, mientras que el otro grupo, visiblemente molesto, pedía respeto e igualdad.
Finalmente, y después de por lo menos 15 minutos de gritos de ambos grupos, los católicos decidieron ingresar al templo, mientras que las personas a favor de los derechos de homosexuales se mantuvieron casi una hora en la plaza y después optaron por retirarse.
Sólo seis jóvenes esperaron a la entrada del templo para mostrar cartulinas con leyendas como “Libertad para decidir con quién compartir nuestra vida y sexualidad”; como respuesta, las personas que iban saliendo de la misa, les daban la espalda o criticaban su actuar en voz baja.
Durante el transcurso de ambas manifestaciones, sólo dos elementos de la Policía Municipal vigilaban la zona.
