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jueves, marzo 28, 2024

Ser ciudadano en EU puede ser muy caro para muchos

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Es una queja común entre los residentes legales que aspiran a hacerse ciudadanos: el costo de la solicitud se les hace cuesta arriba y ayer, un grupo de catedráticos confirmó lo que estudios del gobierno han negado por años: que el aumento en las tarifas de ciudadanía reduce la integración de los inmigrantes de clase trabajadora al dificultar su nacionalización.

“El sueño americano de la ciudadanía se ha vuelto prohibitivo para muchos inmigrantes en Estados Unidos y en particular para inmigrantes mexicanos”, apunta el estudio conducido por el Centro para Estudios de la Integración de Inmigrantes de USC, la Universidad del Sur de California.

Actualmente, la tarifa de ciudadanía es de 595 dólares, más el costo de las huellas digitales, 85 dólares, para un total de 680 dólares. La cifra ha escalado rápidamente durante los últimos veinte años de 95 dólares en 1994 a 260 en 1992, 330 en 2006 y finalmente a 595 en 2007.

La tarifa no ha aumentado desde que Alejandro Mayorkas, el actual director de USCIS nombrado por el Presidente Barack Obama, asumió la administración de la agencia que procesa los beneficios migratorios.

Según Joshua Hoyt, Mayorkas ha estabilizado la tarifa a pesar de que la agencia ha aumentado el costo de otros beneficios. “Hoy en día tenemos 8.5 millones de residentes permanentes que podrían hacerse ciudadanos”, dijo Hoyt. “La idea de este estudio es analizar las razons por las cuales no se naturalizan. Una barrera importante es el costo”.

Hace pocas semanas Pew Hispanic Center en Washington dijo que los residentes legales mexicanos son los que tienen la tasa más baja de naturalización, apenas un 36% y que las dos terceras partes de ellos no se han naturalizado a pesar de ser elegibles.

El nuevo sondeo equipara el nivel socioeconómico de los inmigrantes mexicanos con su tasa de naturalización y revela que el costo de la tarifa tiene mucho que ver con esto.

“Otros estudios, hechos a su vez por el gobierno, niegan que haya una relación entre el costo del beneficio y la tasa de naturalización”, dijo el profesor Manuel Pastor, investigadores especial del estudio. “Pero esos estudios no distinguen entre la ciudadanía y otros beneficios que son menos optativos”.

La ciudadanía es un estatus que trae muchos beneficios al que lo asume, particularmente en derechos cívicos y ganancias económicas a largo plazo. Sin embargo, es un beneficio optativo. En términos generales, alguien puede vivir su vida entera en los Estados Unidos como residente legal permanente sin hacerse ciudadano.

En otros casos, como la obtención o renovación de la green card, no hay muchas opciones y por eso el costo, argumenta el estudio, no tiene mucha influencia en su obtención.

Entre 20 y 25% de residentes legales afirma que el costo es la razón principal para no optar por la ciudadanía, a pesar de desearla y conocer sus beneficios, publicó el sitio de La Opinión.

Margarita Gutiérrez, una inmigrante mexicana residente de Portland, Oregon ha retrasado su petición de ciudadanía porque lo que gana no le alcanza para ahorrar el dinero que cuesta, a pesar de que la joven se graduó de la universidad y está trabajando.

Sus padres fueron trabajadores del campo y ahora ella tiene que ayudarlos económicamente también, dejando poco espacio para el gasto en otras prioridades.

“Aquí he vivido la mayor parte de mi vida y me gustaría naturalizarme para sentirme más segura y participar en el sistema político”, dijo Gutiérrez. “No fue hasta hace poco que me di cuenta de la diferencia entre ser residente legal y ser ciudadano y antes mis padres me renovaban mi tarjeta verde y yo no tenía que ocuparme de esto”.

Una hermana menor logró hacerse ciudadana porque al ser estudiante aún, pudo pedir el perdón de la tarifa que se otorga a personas con pocos ingresos, agregó Gutierrez. “Soy soltera, y no tengo dependientes oficialmente aunque la realidad es que tengo a mi familia a la que sostener y eso no lo toma en cuenta USCIS para un perdón de tarifa”, agregó la joven.

Pastor señaló que analizando las cifras de naturalización por medio del Censo y ligándolas a los aumentos de tarifa se puede observar como los cambios en el costo de la misma traen cambios en variables como la naturalización de mexicanos, personas de clase trabajadora y el tiempo que pasa un inmigrante desde que llega al país hasta que se naturaliza estadounidense.

“Verificamos que al aumentar la tarifa también aumentó el tiempo que pasa desde que alguien llega al país hasta que se hace ciudadano, y la cantidad de naturalizados de clase trabajadora disminuyó”, dijo Pastor. “Es obvio que el costo sí importa”.

Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles, dijo que cada mes su organización realiza ferias de ciudadanía y que allí muchos de los que acuden revelan tener problemas con el costo.

“La mayoría son personas trabajadoras, jardineros, cocineros, obreros, su salario semanal no llega siquiera a 600 dólares y también los ha afectado mucho la economía. Algunos logran ahorrar poco a poco por muchos meses y más tiempo aún para poder solicitar”, dijo Salas.

“Pensamos que el Congreso debería destinar algunos fondos para bajar el costo o al menos para compensar al USCIS y ayudar en la integración de los inmigrantes, ya que sabemos que al ser ciudadanos también aumentan sus ganancias y su contribución económica”. Algunas organizaciones han creado programas de micro préstamos para ayudar a la gente con la ciudadanía, dijo Hoyt.

Ali Noorani, del Foro Nacional de Inmigración indicó que los grupos activistas cabildearán al Congreso para que se incluyan fondos de integración en cualquier reforma migratoria, para aumentar la capacidad comunitaria de ofrecer clases de inglés, civismo y asistencia de naturalización.

“Es verdad que con la legalización y ciudadanía vienen oportunidades, pero también hay que ayudar a los inmigrantes a integrarse y ser miembros completos de esta nación”, dijo Noorani.

El costo, sin embargo, no es el factor más mencionado por los inmigrantes para impedir la ciudadanía. El 30% dice que la necesidad de aprobar un examen de inglés también les dificulta el proceso.

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