La noche del 14 al 15 de abril de 2014, miembros de Boko Haram entraron en el Instituto de Chibok, al noreste de Nigeria, y secuestraron a 276 jóvenes estudiantes que se preparaban para los exámenes finales. Medio centenar de ellas logró escapar de sus captores días después. El resto, algo más de 200, continúa en paradero desconocido. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, cree que muchas de ellas podrían haber sido asesinadas en las últimas semanas, tanto en Bama, donde se encontraron decenas de cadáveres arrojados en pozos, como en otras localidades liberadas hace poco del control de los terroristas. “Algunos padres han perdido la esperanza de recuperarlas con vida. Incluso si algunas pueden regresar un día, ya no serán nunca las mismas”, asegura Ahmadu Jirgi, un funcionario local que está en contacto con las familias.
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