León, Gto. Las familias de una pareja de trabajadores de mudanza nunca se imaginaron que denunciarían la desaparición de sus familiares en la ciudad de León y que sus cuerpos los encontrarían asesinados en Encarnación de Díaz, Jalisco.
En el estado de Guanajuato durante los últimos tres años más de 6 mil personas han sido reportadas como desaparecidas. Las cifras no indican si fueron localizados con o sin vida, o si la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) se declaró incompetente con la investigación y la turnó a otra fiscalía.
El pasado 5 de diciembre, lo último que se supo de los señores Hugo José Maximiliano Hernández Iniesta, de 53 años y Martín González Morales, de 54 años, ambos originarios de Aguascalientes, fue que se encontraban en el municipio de León, Guanajuato, cuando se dirigían en un camión de 3.5 toneladas con caja seca, luego de realizar una mudanza del estado de Querétaro rumbo hacia a su tierra natal.
Desde hace varios años la pareja de compañeros trabajadores realizaba mudanzas de Aguascalientes a Querétaro, ya que tal actividad les permitía llevar el sustento a sus casas donde esposas e hijos los esperaban, por lo que recorrer los municipios de Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao, León, Lagos de Moreno y Encarnación de Díaz, eran parte de los escenarios de su rutina laboral.
Aproximadamente a las 2 de la tarde de aquel miércoles 5 de diciembre fue el último contacto que entabló por teléfono con sus familiares radicados en la ciudad de León, por lo que al no avisar que cruzaría Lagos de Moreno, sospecharon de su desaparición.
Al perder el último contacto de comunicación telefónica con sus familiares en la ciudad de León y no saber más sobre su paradero, ellos acudieron a las oficinas del ministerio Público ubicadas en Prevención Social, donde levantaron la denuncia por la desaparición de Hugo, la cual quedó asentada en la carpeta 127609, donde se menciona que no ha sido localizado junto con su compañero de trabajo Martín.
Desde entonces los días y las noches fueron eternos para los familiares de los trabajadores de mudanza ya que al no tener pistas ni de la camioneta con la que trabajaban, tenían la esperanza y el anhelo de que fueran localizados con vida con el paso de los días.
El pasado 11 de diciembre la camioneta de 3.5 toneladas fue localizada abandonada y sin sus tripulantes ni pertenencias sobre la carretera que va a León de Lagos de Moreno y la misma fue asegurada por autoridades de Jalisco, por lo que los familiares de los desaparecidos, fueron notificados que por incompetencia de la Procuraduría de Guanajuato, la investigación correría a cuentas de la fiscalía.
A la camioneta le realizaron estudios periciales para saber si fue utilizada en actividades ilícitas y fue el momento cuando los familiares enfocaron sus energías en cooperar con las investigaciones que se realizaban en Jalisco.
La violencia que se vive en los Altos de Jalisco específicamente en Lagos de Moreno, por su cercanía con los límites de Guanajuato, ha ido en aumento durante los últimos años y ha sido documentada por la cruel y sádica forma en la que grupos de la delincuencia organizada asesinan a sus víctimas.
Los sucesos han alarmado a los ciudadanos que tienen personas desaparecidas, ya que en algunos de los casos cuando no hay noticias sobre ellas, enterarse de este tipo de acontecimientos los hace movilizarse para tratar de dar con los restos de sus familiares, sin que en ocasiones obtengan resultados positivos.
La Fiscalía del Estado de Jalisco el pasado 18 de diciembre realizó indagatorias por el hallazgo de una fosa clandestina donde localizaron los restos de 7 personas en la comunidad El Lindero, al noreste de Lagos de Moreno.
El hecho dio esperanza a los familiares de Martín y Hugo ya que podrían encontrar sus cuerpos, sin embargo, después de intentar identificarlos se determinó que ninguno de ellos era el de sus familiares desaparecidos.
Pasó el tiempo y no hubo novedades sobre el paradero de sus familiares, hasta casi tres semanas encontraron los cuerpos de los trabajadores desaparecidos.
El pasado sábado 29 de diciembre en el municipio de Encarnación de Díaz, en el camino a Rancho San Carlos, frente a la comunidad el Caquixtle, según reporta El Sol del Centro, localizaron los cuerpos de dos hombres los cuales se encontraban en avanzado estado de descomposición, atados y con huellas de haber sido asesinados con armas de fuego.
Los familiares de Hugo y Martín partieron al Instituto de Ciencias Forenses de la Fiscalía del Estado de Jalisco y al día siguiente en la carpeta de investigación 3305/2018, se confirmó que se trataba de los cuerpos de sus familiares.
Las investigaciones reveladas a los familiares de los desaparecidos indicaron que los cuerpos tenían más de 15 días en el lugar donde de donde fueron localizados y mostraron en evidencia la considerable distancia que hay entre el lugar del hallazgo del doble homicidio y de donde encontraron la camioneta.
Los objetos personales y celulares de los occisos no fueron localizados.
Para los familiares el móvil del doble homicidio se debió a que les robaron la camioneta de 3.5 toneladas para el uso en alguna actividad ilegal de los homicidas. Sin embargo la autoridad jalisciense encargada en investigar los hechos no ha esclarecido lo sucedido.
Para estas dos familias no hubo fiesta de año nuevo ya que hasta esa fecha los familiares de Martín y Hugo pudieron brindarle sus sagradas sepulturas, aunque ahora con la dura realidad de que ya no se encontraban con vida y de que posiblemente habían sido víctimas de la delincuencia.
Por su parte el gobernador de Guanajuato Diego Sinhue Rodríguez, en una gira de trabajo en Mineral de Pozos, desvió el tema de las desapariciones en el estado y se limitó a platicar sobre el problema del huachicol y su relación con los homicidios dolosos que azotan en la entidad.
