Tras el intento de disminuir el Nivel de Aguas Máximo Extraordinario (NAME) de la presa El Palote, en León, se encuentran intereses privados que gozan de una notable capacidad de cabildeo en los gobiernos panistas estatal y federal.
En el fraccionamiento que lleva el emblemático nombre de Bosque Azul, confluyen como accionistas la familia Arena Torres Landa y Luis Quiroz Echegaray.
Don Alejandro Arena, debe recordarse, es el presidente del Instituto de Planeación del Estado de Guanajuato; el ex alcalde Quiroz, quien ayer apareciera sonriente respaldando el destape de Miguel Salim como candidato a la alcaldía leonesa, encabeza la poderosa Coordinación de Programación y Gestión de la Inversión Pública del Estado.
Para los propietarios de Bosque Azul, la aprobación que ya lograron de José Luis Luege Tamargo, titular de Conagua, para disminuir el nivel del vertedero de la presa en 10 metros, representa crecer en un 40 por ciento la superficie aprovechable con la que cuentan.
Desde luego, ellos sabían las limitaciones de la zona cuando planearon su negocio. Querer ahora modificar lineamientos públicos para acrecentar su utilidad resulta notablemente inmoral.
Lo peor de todo es que parece una empresa imposible, a menos que se quiera generar una causa que encontrará defensores hasta decir basta, incluyendo las actuales autoridades de la ciudad.
Pero, bueno, Luis Quiroz ya quebró una empresa de éxito. Quién dice que no puede con la cortina de la presa… y de paso con la imagen del PAN en la ciudad que le ha sido más fiel en el país.
