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domingo, abril 20, 2025

Asesinato de Sara Millerey González: la brutalidad transfóbica que sacude a Colombia

El asesinato de Sara Millerey González Borja, una mujer trans de 32 años, ha generado una ola de indignación nacional e internacional. La brutalidad del crimen no solo pone en evidencia la transfobia estructural que aún persiste en Colombia, sino que también ha servido como detonante para que múltiples voces exijan justicia y acciones concretas del Estado.

Foto: Cortesía

Los hechos ocurrieron el pasado 4 de abril en Bello, un municipio cercano a Medellín, donde un grupo de hombres interceptó a Sara. La torturaron salvajemente: le quebraron los brazos y las piernas a golpes antes de arrojarla, aún con vida, a la quebrada La García. Su “pecado”, según quienes la asesinaron, fue simplemente existir como mujer trans. A pesar del estado en el que se encontraba, Sara luchó por sobrevivir: logró aferrarse a unas ramas, gritó por ayuda mientras era arrastrada por la corriente. Todo esto fue grabado por quienes la hallaron, y el video se viralizó en redes sociales como un testimonio gráfico del horror.

Dos personas lograron auxiliarla y fue trasladada aún con vida al Hospital La María de Medellín. Pero las graves fracturas y la exposición prolongada al agua contaminada terminaron cobrándole la vida el domingo 6 de abril.

“La transfobia mata. El silencio, también”

Aunque Sara alcanzó a ser interrogada en el hospital, se negó a identificar a sus agresores. Se desconoce si por miedo, por protección o por no querer revivir el infierno que acababa de vivir. Lo cierto es que el caso ha puesto en el centro del debate la impunidad y la desprotección con la que vive la comunidad LGBTIQ+.

Hasta el momento, no hay detenidos. El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, anunció una recompensa de 50 millones de pesos por información que lleve a la captura de los responsables. Por su parte, el presidente Gustavo Petro pidió celeridad en la investigación, mientras que el Ministerio de Igualdad fue tajante: “La transfobia mata. El silencio, también”.

Casos como el de Sara Millerey González en Colombia evidencian la persistencia de la violencia contra la comunidad LGBTIQ+ en la región. En lo que va del año, en México, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT, en los primeros meses de 2025 se han documentado seis casos en la CDMX. En Oaxaca, se reportaron dos crímenes de odio contra personas LGBT+ en las primeras dos semanas de enero de 2025.

Es importante tener en cuenta que muchas organizaciones aún están recopilando y analizando datos para ofrecer un panorama más completo del año en curso. Además, el subregistro y la falta de denuncias oficiales dificultan obtener cifras precisas.

Un cuerpo roto, una lucha intacta

La imagen de Sara, aferrada a la vida con los huesos rotos, es hoy símbolo de una lucha que no puede seguir librándose en soledad. Su muerte, dolorosa e injusta, ha encendido nuevamente las alarmas sobre la urgencia de garantizar derechos, seguridad y justicia para las personas trans.

Porque no basta con indignarse. A Sara la mató el odio, pero el silencio, la indiferencia y la impunidad también cargan con parte de esa culpa.

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