El asesinato de Sara Millerey González Borja, una mujer trans de 32 años, ha generado una ola de indignación nacional e internacional. La brutalidad del crimen no solo pone en evidencia la transfobia estructural que aún persiste en Colombia, sino que también ha servido como detonante para que múltiples voces exijan justicia y acciones concretas del Estado.

Los hechos ocurrieron el pasado 4 de abril en Bello, un municipio cercano a Medellín, donde un grupo de hombres interceptó a Sara. La torturaron salvajemente: le quebraron los brazos y las piernas a golpes antes de arrojarla, aún con vida, a la quebrada La García. Su “pecado”, según quienes la asesinaron, fue simplemente existir como mujer trans. A pesar del estado en el que se encontraba, Sara luchó por sobrevivir: logró aferrarse a unas ramas, gritó por ayuda mientras era arrastrada por la corriente. Todo esto fue grabado por quienes la hallaron, y el video se viralizó en redes sociales como un testimonio gráfico del horror.
Sara Millerey no murió, fue asesinada ante los ojos de una sociedad indiferente, que les molestaba su existencia, fue brutalmente masacrada por el hecho de ser una mujer trans 🏳️⚧️ #FueTransfeminicidio
¡Ser TRANS no debería costarnos la vida!
¡JUSTICIA PARA SARA! 🏳️⚧️♥️🔥 pic.twitter.com/hjb9XLijRT— jennerbastilla.bsky.social (@BastillaJenner) April 8, 2025
Dos personas lograron auxiliarla y fue trasladada aún con vida al Hospital La María de Medellín. Pero las graves fracturas y la exposición prolongada al agua contaminada terminaron cobrándole la vida el domingo 6 de abril.
“La transfobia mata. El silencio, también”
Aunque Sara alcanzó a ser interrogada en el hospital, se negó a identificar a sus agresores. Se desconoce si por miedo, por protección o por no querer revivir el infierno que acababa de vivir. Lo cierto es que el caso ha puesto en el centro del debate la impunidad y la desprotección con la que vive la comunidad LGBTIQ+.
Hasta el momento, no hay detenidos. El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, anunció una recompensa de 50 millones de pesos por información que lleve a la captura de los responsables. Por su parte, el presidente Gustavo Petro pidió celeridad en la investigación, mientras que el Ministerio de Igualdad fue tajante: “La transfobia mata. El silencio, también”.
Su nombre es Sara Millerey y fue asesinada vilmente. pic.twitter.com/DJaigmu3yj
— ¿Se lo explico con plastilina? (@altereddie) April 9, 2025
Casos como el de Sara Millerey González en Colombia evidencian la persistencia de la violencia contra la comunidad LGBTIQ+ en la región. En lo que va del año, en México, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT, en los primeros meses de 2025 se han documentado seis casos en la CDMX. En Oaxaca, se reportaron dos crímenes de odio contra personas LGBT+ en las primeras dos semanas de enero de 2025.
🏳️⚧️Desde México alzamos la voz por #SaraMillerey González, mujer trans asesinada en Antioquia, Colombia.
Su muerte duele, su vida importa.
La transfobia no conoce fronteras. Exigimos justicia.
Porque ser trans no debe costar la vida.#JusticiaParaSara #NoMásTransfobia pic.twitter.com/AO6JO1bIEh— Coalición Mexicana LGBTTTI+ (@cmlgbttti) April 8, 2025
Es importante tener en cuenta que muchas organizaciones aún están recopilando y analizando datos para ofrecer un panorama más completo del año en curso. Además, el subregistro y la falta de denuncias oficiales dificultan obtener cifras precisas.
Un cuerpo roto, una lucha intacta
La imagen de Sara, aferrada a la vida con los huesos rotos, es hoy símbolo de una lucha que no puede seguir librándose en soledad. Su muerte, dolorosa e injusta, ha encendido nuevamente las alarmas sobre la urgencia de garantizar derechos, seguridad y justicia para las personas trans.
#bello Así fue el último adiós que le dieron a Sara Millerey González, la mujer #trans asesinada el pasado fin de semana luego de fracturarle las manos y las piernas y lanzarla con vida a la quebrada La García. Familiares y amigos piden justicia por su muerte. pic.twitter.com/i9pnSCHSo3
— En Otro Ángulo (@enotroangulo) April 9, 2025
Porque no basta con indignarse. A Sara la mató el odio, pero el silencio, la indiferencia y la impunidad también cargan con parte de esa culpa.