Tras la sorpresiva muerte de Daniel Bisogno, el “Muñe” de la farándula mexicana, no solo quedó un hueco en los programas de chismes… sino también un vacío legal que tiene a medio mundo alzando la ceja. ¿La razón? El conductor no habría dejado un testamento formal, y ahora su familia intenta navegar esas aguas turbias con el nombre de Michaela, su hija, en el centro de todo.
Quien no se quedó callada fue su exjefa (y ahora, crítica directa), Pati Chapoy, quien desde el foro de Ventaneando soltó una bomba emocional:
“El señor Daniel Bisogno no dejó testamento y dejó desprotegida a su hija. Y aquí teníamos a Daniel Bisogno que hablaba maravillas de su hija”.
Aunque en vida Bisogno aseguró que Michaela estaba totalmente cubierta —habló incluso de seguros escolares y bienes destinados exclusivamente para ella—, lo cierto es que ahora se sabe que sí dejó instrucciones, pero en un papel sin valor legal. Así lo confirmó su exesposa y madre de Michaela, Cristina Riva Palacio:
“La familia se comprometió a respetarlo por completo”.
Ahora bien, los rumores de un pleito entre Cristina y los hermanos del presentador no se hicieron esperar. Ana María Alvarado hasta dijo que la exesposa quería quedarse con todo lo de Daniel, argumentando que era para su hija. Pero según Ivette Bisogno, hermana del fallecido, eso es puro humo:
“No hay conflicto entre nosotros ni con Cristina… Lo principal es la niña”.
Y mientras tanto, Alex Bisogno, el otro hermano, prefirió lanzar indirectas con aroma a nostalgia:
“Tú nos hiciste familia y esa es la verdadera herencia que nos dejaste”.
O sea, poético, sí… pero ¿y la repartición de bienes qué? Porque aunque no era millonaria, la herencia incluye una casa principal, una casa de fin de semana y cuentas de ahorro. Nada despreciable.
Lo más curioso es que Chapoy, quien siempre se mostró afectada por la muerte de su compañero, ahora parece decepcionada:
“Te voy a decir una cosa… dejó desprotegida a su hija, y aquí teníamos a Daniel que hablaba maravillas de ella”.
¿Lo dijo desde el dolor o desde la rabia? Nadie lo sabe. Lo que sí es claro es que este caso es el recordatorio perfecto de que ni la fama garantiza previsión, y que en la vida real, el drama familiar no termina con los créditos finales.
