México. Con la reciente muerte del papa Francisco, la Iglesia Católica se prepara para elegir a su nuevo líder en el cónclave que reunirá a 138 cardenales electores. Entre los nombres que más suenan para suceder al pontífice argentino destacan varios cardenales con perfiles diversos, que reflejan las distintas corrientes dentro de la Iglesia.

Principales candidatos y sus perfiles ideológicos
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Pietro Parolin (Italia, 69 años): Secretario de Estado del Vaticano y cardenal de alto rango, Parolin es considerado un moderado con amplia experiencia diplomática. Ha mediado en negociaciones internacionales importantes, como los acuerdos con China y la reconciliación entre Estados Unidos y Cuba. Su perfil es de hombre de consenso, con un enfoque pragmático, aunque no tan cercano al ala liberal de Francisco.
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Matteo Zuppi (Italia, 69 años): Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Zuppi es un aliado cercano de Francisco. Se le considera progresista y pastoral, defensor del diálogo con comunidades LGBTQ+ y de una Iglesia más abierta y menos dogmática. Ha participado en misiones de paz y es conocido como “cura de las calles”. Su elección podría suponer la continuidad del legado de apertura del papa saliente, aunque podría generar resistencia en sectores conservadores.
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Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años): Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y conocido como el “Francisco asiático”, Tagle representa un perfil progresista e inclusivo. Ha abogado por una Iglesia más acogedora hacia personas divorciadas y comunidades LGBTQ+, y ha criticado el lenguaje severo contra estas comunidades. Sería el primer papa asiático, y su elección simbolizaría un giro hacia una Iglesia más global y abierta.
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Peter Erdő (Hungría, 69 años): Arzobispo de Budapest y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, Erdő es uno de los principales representantes del ala conservadora. Defiende una visión tradicional en temas doctrinales y morales, como la oposición a bendecir parejas del mismo sexo. Sin embargo, se le reconoce por su capacidad de diálogo y creación de puentes.
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Robert Sarah (Guinea, 79 años): Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino, Sarah es un cardenal tradicionalista con posturas firmes contra el aborto y el matrimonio igualitario. Representa la opción más conservadora dentro de los candidatos.
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Otros nombres mencionados incluyen a Peter Turkson (Ghana), Fridolin Ambongo (República Democrática del Congo) y Marc Ouellet (Canadá), quienes aportan diversidad geográfica y de perfil ideológico al cónclave.
Requisitos para ser candidato al papado
Según el derecho canónico y la tradición de la Iglesia Católica, los requisitos formales para ser elegido Papa son relativamente simples:
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Ser varón: Solo los hombres pueden ser sacerdotes y, por ende, Papa.
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Ser bautizado católico: Es indispensable pertenecer a la Iglesia Católica por el sacramento del bautismo.
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Tener uso pleno de razón: Capacidad para tomar decisiones conscientes y ejercer liderazgo espiritual.
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Ser elegible para ser obispo: Esto implica tener una vida doctrinal y moral conforme a los principios de la Iglesia.
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Aceptar la elección: La persona elegida debe aceptar voluntariamente el cargo.
En teoría, cualquier hombre bautizado puede ser elegido Papa, incluso si no es sacerdote ni cardenal. Sin embargo, en la práctica moderna, desde el siglo XV, todos los Papas han sido cardenales y obispos o al menos sacerdotes. Si se elige a alguien que no es obispo, debe ser ordenado inmediatamente para asumir el título de obispo de Roma, esencial para el papado.
Además, aunque no son requisitos formales, los cardenales consideran factores como la edad (generalmente se prefiere alguien con experiencia pero no demasiado anciano), la salud, el conocimiento de idiomas y el perfil ideológico (más conservador o progresista según el contexto) para elegir al nuevo Papa.
El proceso de elección se realiza en el cónclave, donde solo participan cardenales menores de 80 años, quienes votan en secreto hasta alcanzar una mayoría de dos tercios para nombrar al nuevo pontífice.
Esta diversidad de perfiles y la importancia de los factores no escritos hacen que el próximo Papa marque el rumbo de la Iglesia Católica para los próximos años, en un momento clave de desafíos sociales y espirituales a nivel global.