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martes, octubre 15, 2024

Hija de Gisèle Pélicot declara en tribunales que su padre tenía fotos de ella desnuda

Ciudad de México (RFI/SinEmbargo).- “¿Cómo puede una reconstruirse cuando lo sabe?”, se preguntó Caroline Darian, hija del principal acusado y que utiliza el pseudónimo usado para escribir el libro “Dejé de llamarte papá” para proteger a su familia.

La mujer declaró durante unos 20 minutos en el Tribunal penal de Aviñón, en el sur de Francia, que juzga a su padre y a otros 50 hombres, de entre 26 y 40 años por violación con agravantes, dado que estas se produjeron en Maza, a una treintena de kilómetros y la localidad donde residía el matrimonio, según relató un periodista de la AFP.

Darian recordó cómo su vida “cambió” el 2 de noviembre de 2020, cuando conoció los hechos. Su madre, a quien los policías acababan de explicar que fue víctima de violaciones durante años, la llamó para contárselo.

“Mi madre me dijo: ‘He pasado casi todo el día en la comisaría. Tu padre me drogaba para violarme con desconocidos’. He tenido que ver fotos’”, según el relato de la hija.

“Llamo a mis hermanos. Estamos indefensos. Lloramos. No comprendemos lo que nos pasa. Estamos sufriendo, un dolor que no se lo deseo a nadie”, abundó Caroline Darian, entre lágrimas.

Un día después, el 3 de noviembre de 2020, la policía de Carpentras, en el sur de Francia, explica a los tres hermanos que “entre 30 y 50” hombres violaron a su madre Gisèle Pelicot

Al término de las pesquisas, los investigadores estimaron que 72 hombres agredieron sexualmente a Pelicot entre julio de 2011 y octubre de 2020, de los cuáles sólo se logró identificar a 50; además de encontrar fotos en un ordenador en las que aparece desnuda; sin embargo, el acusado ha negado que haya tocado a su hija.

“¿Por dónde empezar? ¿Qué decir? ¿Qué puedes decirle de este padre al que querías y que, sin embargo, te fotografió desnuda, en tu cama, sin que lo supieras? ¿Ese padre que cuando eras pequeña te llevaba a bailar los miércoles por la tarde? ¿Ese padre que te llevaba a la escuela? ¿Al que le pediste consejo cuando dudabas en dejar tu trabajo? ¿Este padre que siempre estuvo ahí y que hoy se encuentra frente a ti, en una celda, detrás de una ventana de plexiglás? ¿Qué decir de un padre al que acusan de haber drogado y entregado a su propia madre a desconocidos?”, indicó.

Ese mismo día, los policías le mostraron dos fotos de una mujer desnuda, aparentemente dormida, por lo que mostraron sus sospechas de si ella es una victima más. “Vemos sus nalgas en primer plano. Esta mujer duerme en posición fetal. No la reconozco”, recordó Darian ante el Tribunal.

Caroline Darian contó cómo su vida sufrió un “cataclismo” en 2020 cuando su madre la llamó tras descubrir, por los investigadores, que su marido la había estado sedando para ofrecerla a desconocidos.

“Amaba a mi padre, amaba la imagen del hombre al que creía conocer, amaba la imagen de este hombre sano, amable, considerado”, explicó Darian Pélicot, a quien considera ahora “uno de los mayores depredadores sexuales de los últimos 20 años”.

El investigador le asegura entonces que es ella. “Descubro que mi padre me fotografió, a escondidas, desnuda, ¿por qué?”, se preguntó su hija, convencida ahora de que su padre también la drogó, como a su madre.

El investigador le asegura entonces que es ella. “Descubro que mi padre me fotografió, a escondidas, desnuda, ¿por qué?”, se preguntó su hija, convencida ahora de que su padre también la drogó, como a su madre. Foto: Mark Lennihan, AP

Ante el Tribunal de lo Criminal de Aviñón, Darien también mostró su preocupación sobre posibles crímenes cometidos por el acusado contra sus nietos, con quienes era muy cariñoso, y que se quedaban a menudo con él a solas.

“El hombre que era mi padre, en quien yo tenía total confianza, que creía íntegro, que respetaba a su hija, que estaba orgulloso de ella, que siempre la había animado, descubrí que en realidad me había fotografiado sin que yo lo supiera, desnuda”, indicó al Tribunal.

Gisèle Pélicot, la mujer francesa víctima durante una década de las violaciones organizadas por su propio marido, relató este jueves ante el Tribunal que juzga a sus abusadores cómo se enteró por boca de la Policía de la sumisión química a la que era sometida, que daba pie a “escenas de barbarie” en las que ella era “una muñeca de trapo, una bolsa de basura” a merced de medio centenar de hombres.

Hasta el momento, el Tribunal examina los hechos que supuestamente tuvieron lugar en la vivienda familiar de la localidad de Mazan, por donde habrían desfilado hombres invitados por Dominique Pélicot para que pudiesen violar a su esposa. Un total de 51 hombres se sientan en el banquillo, de los cuales 35 han reconocido haber mantenido relaciones, pero con el matiz de que no entendían que fuese un abuso no consentido ―sólo tres han pedido disculpas―.

La Fiscalía dio cuenta de al menos 92 violaciones durante 10 años, aunque para la víctima durante años toda sospecha se limitó a lagunas temporales en su memoria. “Hasta nuestros amigos nos decían que éramos la pareja ideal”, aseguró esta mujer, en una larga y sosegada exposición en la que situó como primera fecha relevante el 12 de septiembre de 2020.

Ese día descubrió a su marido llorando y éste le confesó que lo habían sorprendido en un supermercado cuando intentaba captar imágenes por debajo de las faldas de varias clientas. Gisèle Pélicot decidió perdonarle, con el requisito de que pidiese ayuda y se disculpase ante las mujeres, según los extractos recogidos por la televisión pública gala.

Poco después viajó rumbo a París para cuidar de algunos de sus nietos, y entonces le comentó a su hija “un problema ginecológico” por el que creía que debería pedir cita con un médico. Volvió a Mazan el 21 de octubre y al día siguiente se despertó sin recordar nada de la noche anterior: posteriormente descubrió que sufrió entonces la última violación organizada por su marido.

El 2 de noviembre acudió a la comisaría convocada por la Policía, pensando inicialmente que le iban a pedir cuentas por los videos de su marido. En esta primera declaración negó que practicara el intercambio de parejas e identifica a Dominique Pélicot como “el único hombre” con el que se podía acostar.

Gisèle no había visto los videos de los abusos hasta este mes de mayo, cuando comenzaba a preparar el juicio, y pudo ver por primera vez “escenas de violación insoportables”, ante las que ella simplemente está “anestesiada”. “Fui sacrificada en el altar del vicio”, lamentó.

Está “como muerta”, según sus propias palabras, con las que ha querido señalar a quienes desfilaron sobre ella durante años. No se plantearon en ningún momento su posible sufrimiento: “Me ven como una muñeca de trapo, como una bolsa de basura”.

Gisèle afirmó que no testifica por sus propios intereses, sino para ayudar a otras mujeres que puedan ser víctimas de sumisión química. “El día en que una mujer se levante y no recuerde lo que hizo el día anterior se dirá a sí misma: he oído el testimonio de la señora Pélicot”, ha señalado.

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