Guanajuato, Gto. Enfundados en gorras, sombrillas y lentes de sol; de la mano de niños, empujando carriolas y hasta con mascotas, miles y miles cuevanenses subieron un año más al cerro de la Bufa, para rezarle en la cueva a San Ignacio de Loyola.
Algunos desde la Presa de la Olla y otros desde Boulevard Guanajuato, pero todos con la misma dirección hacia el cerro: poco a poco se congregó la gente en la Bufa, que ya albergaba un tianguis de más de 200 comercios.
En la caminata hasta la Cueva, comenzó la verbena con puestos de pan de Acámbaro, pan “de feria”, aguas frescas, micheladas, fruta con chamoy, licuachelas, prendas de vestir, una oferta muy amplia de sombreros vaqueros, gorros y cachuchas y hasta útiles escolares.

Este año, el furor por la muñeca Barbie puso creativos a los comerciantes, quienes ofertaron bebidas rosa y azul con el nombre de “Barbie y Ken” y cachuchas rosas y calcetines con el bordado de Barbie, entre otros artículos inspirados en la muñeca de Mattel.
Ya en el cerro, a las 12:30 la gente comenzó el sinuoso trayecto hasta la cueva, algunos entre resbalones y otros con profesionalismo, para llegar a la misa de las 13:00 horas.
Entre cientos de personas, y más puestos de agua y comida, se ofreció la tradicional misma a San Ignacio de Loyola, con la presencia del director del IMPLAN, Juan Carlos Delgado y la diputada local, Margarita Rionda.