Jean-Luc Godard, el auténtico “Enfant Terrible” y último ícono de la nueva ola de cine francés -la Nouvelle Vague- falleció este martes de acuerdo a información oficial de medios franceses. Tenía 91 años.
La causa de muerte se ha confirmado que fue gracias a un “suicidio asistido” en Rolle, Suiza. Godard se encontraba al lado de sus seres queridos y se comenta que “no estaba enfermo, simplemente estaba agotado, así que tomó la decisión de acabar su vida. Era su decisión y era importante que se le cumpliera”. Cabe resaltar que la muerte asistida es legal en Suiza.
Hablar de Godard es hablar de una de las figuras más importantes del cine, punto. Su rebeldía frente a las convenciones del medio tanto como crítico de cine como realizador hizo que este reescribiera las reglas establecidas del cine respecto a la cámara, el sonido y la narrativa.
Godard siempre fue reconocido y crítico por su experimentación y constante carga política que le dio el título de genio y un frustrante intelectual por partes iguales.
Jean-Luc Godard nació el 3 de Diciembrre en el séptimo distrito de París. Hijo de una familia acomodada que huyó a Suiza tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el interés de Godard en el arte fue desde joven, con sumno interés en el cine tras abrir un cineclub y con sus amigos-y posteriores claves de la Nouvelle Vague- Francois Truffaut, Jacques Rivette y Erich Rohmer fundar la revista Gazette du Cinema, escalón que le dio el paso para escribir en la más importante revista de crítica de cine, Cahiers du Cinema.
Una temporada de trabajos informales le dieron el suficiente dinero para financiar su primera película, “Opération Béton”, un documental sobre la construcción de la presa del mismo nombre de 20 minutos. A ella se le unieron largometrajes como Charlotte y Verónica (1957) y Todos los chicos se llaman Patricio (1959). Su primera éxito vendría en 1960 con Al final de la escapada, que adaptaba una historia de Truffaut y era protagonizada por Jean-Paul Belmondo; Al final de la escapada sería la primera película de su filmografía en obtener un reconocimiento crítico al ganar el Oso de Plata del prestigioso festival de cine de Berlín. La película al igual que la de sus compañeros, marcaban un nuevo estílo estético del cine francés, con una narración poco convencional y con cortes frecuentes alternados con discusiones filosóficas combinadas con referencias al cine popular Hollywoodense que era el que llegaba tras el conflicto bélico.
El mismo año del estreno de Al final de la escapada, Godard filmaría El soldadito, película en donde trabajó con Anna Karina, quien se volvería su segunda esposa y su colaboradora más emblemática al trabajar en películas como Banda Aparte, El desprecio, Vivir su vida, Alphaville y Pierrot el Loco.
El presidente francés Emmanuel Macrón recibió la noticia en Twitter escribiendo: “Fue como una aparición en el cine francés, luego se volvió uno de sus maestros. Jean-Luc Godard el más iconoclasta de los directores de la Nueva Ola inventó un arte decididamente moderno e intensamente libre. Perdimos un tesoro nacional, una perspectiva genial.
Ce fut comme une apparition dans le cinéma français. Puis il en devint un maître. Jean-Luc Godard, le plus iconoclaste des cinéastes de la Nouvelle Vague, avait inventé un art résolument moderne, intensément libre. Nous perdons un trésor national, un regard de génie. pic.twitter.com/bQneeqp8on
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) September 13, 2022