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viernes, abril 19, 2024

Denuncian alumnas y profesoras 17 casos de acoso sexual dentro de las instalaciones de la UG León

León, Gto. Alumnas de la Universidad de Guanajuato de la División de Ciencias Sociales, acompañadas de Centro Las Libres, hicieron pública una situación de acoso sexual generalizado y protegido por las autoridades del plantel, no obstante que ha sido motivo de denuncias particulares. Mencionaron como responsables de la situación de acoso a los profesores Armando Chaguaceda Noriega, Alejandro Klein Caballero, Gustavo Garabito Ballesteros, Daniel Tagle Zamora y Jacobo Herrera Rodríguez.

Los académicos son profesores de las Licenciaturas de Antropología, Sociología y Trabajo Social en la Sede San Carlos en León, Gto.  Todos ellos continúan ejerciendo, gozando de los privilegios de sus posiciones de poder, de la protección y complicidad de las autoridades universitarias a pesar del conocimiento de sus violaciones a los derechos de las mujeres, señalaron las estudiantes.

“Nosotras queremos denunciar que la Universidad de Guanajuato no es un espacio seguro para las mujeres” declararon las jóvenes durante la rueda de prensa que se llevó a cabo la mañana de este martes en las instalaciones de la Universidad de Guanajuato, dando la lectura al pronunciamiento, que va dirigido a todos los niveles institucionales de la universidad, principalmente al rector general Luis Felipe Guerrero Agripino.

Verónica Cruz en conferencia de prensa Foto: Amalia Jiménez

Verónica Cruz, directora de Las Libres, declaró que la finalidad del acto es generar conciencia en la comunidad universitaria, sociedad y medios de comunicación respecto a la situación de violencia de género en la máxima casa de estudios de la entidad, así como hacer un llamado al Dr. Guerrero Agripino a tomar partido en contra de la violencia contra las mujeres en el espacio universitario, atender las denuncias, escuchar los testimonios de las víctimas y dar una solución inmediata que repercuta en los agresores.

“El día de hoy lo que queremos denunciar públicamente son dos cosas que desde la perspectiva de los Derechos Humanos y la violación a los derechos de las mujeres son graves: que estos casos han sido denunciados en las instancias correspondientes en la universidad y no ha habido respuesta, y los casos de acoso sexual por parte de profesores hacia alumnas y de hostigamiento sexual por parte de profesores a profesoras”, comentó Verónica Cruz.

La Colectiva Alumnas UG en sororidad, que ha realizado labores de acompañamiento a las víctimas de acoso, estuvo presente en el acto, en el cual también se dio lectura a un pronunciamiento formulado por las afectadas, en el cual declararon que la Universidad de Guanajuato no es un espacio seguro debido a la normalización de los actos que violentan la dignidad de las mujeres y la protección que gozan los agresores por parte de la institución.

“Nosotras queremos denunciar que la Universidad de Guanajuato no es un espacio seguro para las mujeres. En todos los rangos institucionales se han cometido formas de violencia, el acoso sexual y laboral es parte de la cotidianidad en las relaciones que ocurren en la Universidad y con cada nueva generación se siguen sumando los casos de violencia de género; quitémosle la autoridad a todo aquel que se crea superior, a quienes no tienen ni sienten empatía por nosotras.” (Pronunciamiento de Alumnas).

Las redes de complicidad entre los directivos, académicos y profesores de la UG ha bloqueado el acceso a la justicia para las víctimas. Durante los distintos procesos de denuncia han sido constantes tanto la protección a los acusados como la censura y revictimización de las afectadas.

“Para nosotras ha sido muy difícil plantarnos frente a ustedes, porque sabemos en la fragilidad institucional en la que nos colocamos. (…) ¿Cómo puedes tú denunciar el acoso cuando los amigos y las amigas de los acosadores son parte de todos los órganos que tienen decisión dentro de la División de Sociales y de la propia Universidad de Guanajuato?” cuestionó la profesora Mónica Sánchez, quien ha acompañado a las alumnas en el proceso de denuncia.

Paola Arenas, académica de la División de Ciencias de la Salud, denunció en el acto la negligencia de las autoridades universitarias en los casos de violencia de género, donde se han visto implicados también académicos del Sistema Nacional de Investigadores.

Profesora Mónica Sánchez Foto: Amalia Jiménez

La UG emitió un pronunciamiento institucional con su rechazo enérgico y absoluto a conductas que atenten y vulneren los derechos humanos, haciendo énfasis en los derechos de las mujeres. Este documento puede encontrarse en la página de la UG, sin darle mayor importancia ni atención a la gravedad de la situación.

“Venimos hoy a hacer vigente este pronunciamiento. Más allá de la política y los ejes del programa institucional, queremos que se cumpla y que se armonice con el protocolo. Este programa que están mencionando que tiene la universidad de igualdad de género, supuestamente está enmarcado bajo leyes internacionales, nacionales, estatales y también dentro del Estatuto Académico (…) Simplemente no está articulado con el programa que están tratando de vender de un protocolo”, fueron las palabras de la profesora Arenas respecto a la debilidad de los programas dedicados a atender casos de violencia de género a raíz de la denuncia impuesta contra el Dr. Julio César Kala por parte de una excolaboradora.

Las afectadas esperan una respuesta inmediata al pronunciamiento por parte de Guerrero Agripino, quien el día de mañana dará su informe de actividades y la fecha tiene conocimiento íntegro de los hechos que se denuncian.

Debido a la posición de vulnerabilidad en la que se sitúan tras las declaraciones, las alumnas, que actualmente continúan sus estudios en la División de Ciencias Sociales o están en proceso de titulación (algunas bajo la tutela de los acosadores), están conscientes de la posibilidad de que existan actos de represalia en su contra y dan responsabilidad institucional a la Universidad de Guanajuato de ser éste el caso.

Minutos antes de comenzar la conferencia de prensa, Juan Antonio Rodríguez González, secretario académico de la División de Ciencias Sociales y Humanidades se acercó a un grupo de alumnas que participarían en la misma para ofrecerles apoyos e incluso les dijo que si tenían problemas con algunas materias, él podría ayudarles. El académico estuvo merodeando durante el evento. Posteriormente, un empleado de la UG se acercó a la directora de Las Libres para decirle que no se podían hacer grabaciones en el patio de la universidad sin permiso, porque es un espacio “privado”; se le indicó que era una universidad pública y se le pidió el reglamento donde se estipula tal prohibición. El empleado se fue y nunca regresó con el reglamento, simplemente se quedó observando la realización de la conferencia de prensa.

Al iniciar la lectura del pronunciamiento por parte de las afectadas, personal de mantenimiento del campus intencionalmente comenzó a interrumpir las declaraciones con el ruido de maquinaria con el fin de entorpecer la grabación de los medios de comunicación presentes.

Pronunciamiento íntegro de las estudiantes

“Ser mujer no ha dejado de ser un peligro, nos hemos enfrentado a un sinfín de violencia en todos los sentidos: feminicidios, violaciones, acoso sexual y no terminaríamos de enumerar. Cualquier mujer, en cualquier lugar se sentiría identificada con el acoso; en las calles, en el trasporte público, en el trabajo, en las escuelas y hasta en el propio hogar.

Algunas hemos hablado, pero muchas han callado, por miedo al daño físico y psicológico, a perder un empleo, una materia, un lugar en las escuelas y hasta perder el hogar. Al hablar no siempre hemos sido escuchadas, a veces nos silencian, nos reprimen, nos amenazan o nos matan.

Ya no podemos callar lo que pasa en nuestro alrededor, porque somos vistas como objetos a las que se puede agredir, manosear, burlar, sin que haya consecuencias para los responsables. No podemos seguir permitiendo que se nos violente en nuestros espacios, es la principal razón de nuestro pronunciamiento.

Nosotras queremos denunciar que la Universidad de Guanajuato -No es un espacio seguro para las mujeres. En todos los rangos institucionales se han cometido formas de violencia, el acoso sexual y laboral es parte de la cotidianeidad en las relaciones que ocurren en la Universidad y con cada nueva generación se siguen sumando los casos de violencia de género; quitémosle la autoridad a todo aquel que se crea superior, a quienes no tienen ni sienten empatía por nosotras.” Creen que saben todo, siempre haciendo el mal mientras conservan su alto perfil en el SNI, sintiendo superioridad hacia toda persona. Siempre creen que ellos van primero, por encima de la comunidad estudiantil. De forma concreta es importante cuestionarnos, por qué esto se mantiene así, este orden a quiénes beneficia.

Lo más alarmante y lo que nos motivó a hacer esta declaración pública es que lo anterior ya es del conocimiento de los directivos y administrativos en todos los niveles a los que se puede acudir para esperar soluciones, sin embargo, se han ocupado más en censurar y reprimir a quien comunica el delito y en encubrir a los profesores acosadores que en actuar en respuesta a las persistentes denuncias hechas por nosotras las alumnas.  Porque sí, –La Universidad de Guanajuato está encubriendo hostigadores sexuales.

Nosotras como parte de “la Colectiva de alumnas UG en sororidad”, representamos a muchas estudiantes de la División que se acercan a nosotras para presentarnos sus casos de acoso, los cuales no paran de crecer. Si bien hay casos que han procedido legalmente hasta las últimas instancias, desafortunadamente hay muchas alumnas que no denuncian porque saben que sus situaciones van a ser minimizadas o porque tienen miedo de que estos hostigadores tomen represalias en su contra. Si la Universidad de Guanajuato no puede garantizarnos seguridad y protección ¿Cómo será posible que denunciemos?

Les quiero recordar que #YoTambiénSoyUG y merezco que tanto a mi como a mis compañeras se nos garantice la seguridad en el espacio universitario. Exigimos que se tomen medidas contundentes para resolver el problema, los docentes y directivos que acosan sexualmente a maestras, administrativas y alumnas deben ser despedidos.

Repudiamos cualquier tipo de violencia ejercida dentro de la universidad hacia las alumnas, administrativas y profesoras, afectando nuestro desarrollo, crecimiento profesional y académico, si bien, es un espacio donde se genera conocimiento, pero no puede llevarse a cabo si se encubre a los acosadores.

Así, nos sumamos  y seguimos el ejemplo de nuestras compañeras que han alzado la voz en diferentes universidades de todo México. Porque estamos cansadas de que existan dos realidades: por un lado estudiantes mujeres que no denuncian por miedo, por represalias o porque saben que no va a pasar nada porque han visto como compañeras que si se han atrevido a denunciar han sido re victimizadas y culpabilizadas.

Y claro, por otro lado estos “profesores” por no llamarlos acosadores, que siguen gozando de posiciones de poder y estatus dentro de los diferentes campus. ¡Hoy decimos no más! y en un acto de sororidad condenamos la violencia institucional, esperando que las autoridades realicen de una vez por todas su trabajo, ya que hemos constatado que los mecanismos empleados por la Universidad para atender el tema de la violencia de género, están lejos de representar y de brindar protección a las estudiantes y castigo a los culpables. Exigimos también que los medios, al presentar la nota, no pasen de largo la perspectiva de género, utilizando el lenguaje y los términos correctos.”

 

#NoMásAcosoEnLaUG

#YoNoQuieroSerLa18

#PorUnaEducaciónLibreDeAcoso

#SoyAcosoUG

 

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