León, Gto. El pasado lunes 15 de septiembre una bodega en la que almacenaban suelas de zapatos se consumió en llamas por un supuesto corto circuito en la colonia Santa María del Granjeno.
Fotos: Jorge Hernández
El incendio ocurrió aproximadamente a las 8:30 de la noche en una bodega ubicada en la calle Mar de Japón 110 en la colonia mencionada, y provocó daños en gran parte de la infraestructura.
Las llamas que alcanzaron más de 8 metros de altura consumieron aproximadamente 10 toneladas de suelas de zapatos, una camioneta y una cuatrimoto. Las paredes de la barda de ladrillos de la fábrica quedaron completamente impregnadas de humo, al igual que las casas aledañas.
A pesar de los daños, no se reportaron heridos. Y es que a escasos metros de la fábrica se encuentra el Instituto Misión Educativa (IME), una escuela primaria de 62 alumnos en el turno matutino que no se vio afectada por las llamas.
El siniestro tuvo que ser atendido por personal de bomberos en el que ocuparon tres motobombas y tres pipas de agua. Los bomberos ingresaron por una casa de la calle Golfo Pérsico, misma que da a espaldas de la fábrica de suelas. Fue necesario hacer un gran orificio en la pared para que los bomberos pudieran calmar las llamas.
Al momento del incendio, en la calle Golfo Pérsico, un niño de 3 años llamado Rafael, se encontraba jugando en su cuarto, cuando vio por su ventana que las llamas empezaban a formarse. “Má, está saliendo jumo” (sic), así le dijo Rafael a Diana, mamá del pequeño héroe que hizo el reporte de inmediato a las cabinas de emergencias del 066.
Los vecinos, asustados salieron de sus casas por el miedo.
Luego de que acudieran elementos de tránsito a cerciorarse de que el reporte no era broma, el lugar fue acordonado por tránsitos que desviaron el tráfico vehicular, asimismo, personal de Protección Civil ordenó el desalojo de los vecinos, y de los vehículos de las casas aledañas a la fábrica por motivos de precaución.
Sin embargo, Norma Irene y su hermano José Alfredo, de 21 y 19 años, afirman que el lunes que ocurrió el incendio, ellos no se encontraban en su casa, que se encuentra a un costado en la calle Golfo Pérsico, debido a que se encontraban festejando en una fiesta familiar, y que no fue hasta las 11 de la noche que llegaron a su casa, y se sorprendieron cuando vieron la pared trasera de la fábrica que se encontraba humeando y chamuscada.
“Entramos y olía bien feo, Díos mío, ¿qué pasó? Nosotros dejamos todo bien”, fue la reacción de la Señora Irene, madre de los hermanos y ama de casa, que lo primero que hizo cuando entró a su hogar fue cerciorarse que todo estuviera bien.
Luego de que la familia se percatara que el incendio había ocurrido en la fábrica que está detrás de su casa, rápidamente el miedo se hizo presente, ya que cerca de donde las llamas consumieron la fábrica, se encuentra el cuarto de su hijo José Alfredo.
“Ibamos a poner un tanque de gas estacionario ahí mismo donde las llamas salían”
La familia de los hermanos Irene y Alfredo, tenían contemplado poner un tanque de gas estacionario a escasos metros de donde las llamas consumieron la fábrica, sin embargo, aseguran que por milagro no lo pusieron.
“Mi mamá quería poner gas estacionario en la parte de arriba, lo íbamos a poner ahí, en la esquina de la barda que ahorita se ve toda chamuscada, de donde salían las llamas”, así lo relató Norma Irene. Por suerte, y por decisión de la familia, decidieron aplazar la fecha para comprarlo después. 
Las calles Golfo Pérsico y Mar de Japón quedaron completamente negras y chamuscadas de residuos con suela quemada, el olor a humo se quedó completamente impregnado en las calles. Las paredes de las casas aledañas al incendio aún se sienten calientes por el fuego, y todavía, hay vecinos que siguen limpiando los restos que el siniestro les dejó.
