*Con información de Ernesto Méndez
San Miguel de Allende, Gto. Un documental cinematográfico deja ver la gravedad del problema del abastecimiento de aua en la zona norte de Guanajuato, donde el abatimiento de los mantos subterráneos provocado por la agricultura intensiva, ha derivado en la explotación de aguas fósiles que empiezan a agravar los problemas de salud de los habitantes de comuidades que consumen esa misma agua. La situación, frente a la que no se están tomando medidas, tiende a agravarse.
Recientemente fue dado a conocer el documental “Consumiendo el futuro. Sobreexplotación del agua subterránea, agro-exportación e inequidad en el estado de Guanajuato”, que aborda la grave problemática del agua dentro del acuífero denominado Cuenca de la Independencia. El documental fue realizado por Jaime Hoogesteger van Dijk, nacido en San Miguel de Allende, profesor por la Universidad de Wageningen y Centro de Investigación en Holanda.
Con la ayuda de la universidad donde actualmente ejerce como profesor en varias áreas relacionadas con el estudio del agua y su impacto social y político, y otras dependencias públicas así como organizaciones no gubernamentales de nuestro país, Jaime Hoogesteger analiza las diversas aristas que conlleva la sobreexplotación de los mantos acuíferos del norte del Estado de Guanajuato, así como la zona del Bajío, con resultados graves.
En el documento audiovisual, el académico precisa datos, áreas, actividades, y profundiza en las condiciones sociales de las comunidades, en referencia a lo vertido ya desde años atrás por activistas de la región conformados en organizaciones de la sociedad civil, como el Charco del Ingenio, el Centro de Desarrollo Agropecuario (Cedesa) y la Coalición por la Defensa de la Cuenca de la Independencia (Codecin), entre otras.
Todas ellas han advertido la crisis hídrica que se está viviendo en la zona con resultados graves, como la contaminación del agua con minerales pesados y por consecuencia, el probable origen de enfermedades crónicas degenerativas cono la insuficiencia renal y la flourosis, dental, esquelética y neuronal.
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Esta investigación documentada se suma a las realizadas por connotados científicos como la dolorense Mariana Cárdenas y el Dr. Marcos Adrián Ortega, erudito en la materia con más de 20 años de estudio del mismo fenómeno.
Antecedentes
En Dolores Hidalgo, a raíz de un desmedido incremento de enfermos diagnosticados con insuficiencia renal crónica (ICR) que desde finales de los noventas fue surgiendo hasta convertirse en una pandemia, que hoy día registra casi 800 enfermos con este padecimiento.
El doctor Marcos Adrián Ortega, investigador de la UNAM en el centro de geociencia con sede en Juriquilla, Querétaro, realizó una muestra de toma de agua en hogares de la cabecera y comunidades del municipio, donde después de haber sido analizadas, determinaron grandes concentraciones de flúor y arsénico, alertando a las autoridades, que con estos resultados podrían ser gestores de contraer IRC y a partir de ahí, otros científicos y activistas han exigido que se esclarezcan las consecuencias de estar tomando agua fósil en la región.
El presidente de la asociación Ayúdame enfermos de insuficiencia renal AC, Héctor Hurtado Medina ha sido reiterativo en el sentido de que el agua que se consume en la región podría predisponer de sus habitantes a contraer IRC, ya que es marcado la zona de predominancia de enfermos en relación al acuífero de la cuenca de independencia
Ya que los municipios donde geográficamente corre esta agua corresponde a la mayor cantidad de enfermos siendo estos de dolores Hidalgo San Miguel de Allende San Felipe Ocampo San Diego de la unión y San Luis de la Paz
En San Miguel de Allende de igual manera en diversas comunidades se han presentado severos casos de fluorosis dental y otros tipos como la esquelética y la neuronal, se cree, producto del consumo de agua subterránea.
Ante el escenario de la crisis hídrica, organizaciones civiles con más de 15 años de trabajo comunitario, activistas, líderes sociales y ciudadanos en general ha señalado la falta de atención a esta problemática del agua que se vive en el estado, sin haberse creado ya las políticas públicas que atiendan las diversas aristas de este fenómeno.
Problemática compartida
En Guanajuato, Durango y San Luis Potosí, el nivel de flúor presente en el agua se encuentra por encima de 1.5 miligramos por litro, lo cual se establece como el máximo aceptable y que queda evidenciado en daños a la salud, tales como la fluorosis dental, afecciones en los neurotransmisores del cerebro y daños en los huesos.
Tan sólo en Guanajuato se tienen registrados de 40 mil a 50 mil casos de fluorosis dental, que se manifiesta con el oscurecimiento de la dentadura, mientras la Asociación Médico Dental de San Miguel reconoce que siete de cada 10 niños que atienden presentan una acumulación irreversible.
El Centro de Geociencias CGeo-Juriquilla ha documentado cómo el arsénico y el fluoruro en grandes volúmenes provienen de las aguas más profundas debido a la sobreexplotación de los mantos acuíferos. La zona donde se halla la mancha en la expansión de pozos contaminados se ubica en lo que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) clasifica como los acuíferos del Río Laja y Laguna Seca y, que tanto los académicos como la población de esa región han denominado “Cuenca de la Independencia”.
Esta denominación le fue asignada porque las poblaciones afectadas por el consumo de agua de estos acuíferos se hallaban inicialmente en 8 municipios de Guanajuato, emblemáticos para el movimiento armado al que alude su nombre: Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, San José Iturbide, San Felipe, San Luis de la Paz y San Diego de la Unión. Donde se han encontrado evidencia de arsénico y fluoruro recientemente.
El agua con arsénico, fluoruro, aluminio y otros elementos provienen de flujos profundos que están ascendiendo al acuífero superior desde rocas fracturadas de origen volcánico, esa agua termal que desciende por densidad.
El Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) de la Secretaría de Energía certificó en octubre de 2015 la existencia de radiación “Alfa” en el agua de la ciudad de San José Iturbide Guanajuato, 300% por encima de los límites tolerables para el consumo humano, establecidos por la norma mexicana No. 127 en materia de salud ambiental.
Los hallazgos de la ININ desbordarían en un coctel cancerígeno que corrompe las aguas de los acuíferos del Río Laja y Laguna Seca.
El informe de resultados de los análisis realizados por ININ es especialmente preocupante para un estado que en solo 24 meses escaló del sitio 14 al 4.º lugar nacional en número de casos de cáncer en menores de edad.
Por si fuera poco, estudios conjuntos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) han documentado 45 decesos en Tierra Blanca, municipio aledaño a San Miguel Allende entre el 2000 y 2010.
A ello hay que sumar ocho casos recientes de leucemia en la comunidad La Cantera, municipio de San José Iturbide, cinco de ellos fatales, muy por arriba de la media nacional de incidencias.
El crecimiento acelerado de cáncer en Guanajuato parece la expresión más visible de una crisis sanitaria vinculada al uso y consumo de agua contaminada por arsénico, fluoruro y radioactividad, según registros y certificaciones oficiales.
Pero se atribuyen dos amenazas, como consecuencia de agua contaminada: entre 8 y 11mil casos de fluorosis dental y esquelética, que destroza la masa ósea, registrados en los últimos 15 años en municipios abastecidos por la llamada Cuenca de la Independencia, y el despunte de enfermedades renales que han ubicado a Guanajuato en el 5.º lugar nacional con este tipo de padecimientos.
