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sábado, abril 27, 2024

Insuficiencia Renal Crónica: un calvario que se expande en Dolores Hidalgo

Dolores Hidalgo, Gto. En Dolores  Hidalgo, municipio que ocupa el primer lugar en personas con insuficiencia renal crónica (IRC) en el estado, vive J. Jesús Ramírez Hernández; tiene 60 años de edad, pero dede hace 13 le fue diagnosticada este enfermedad crónica.

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Jesús Hernández. Foto: Roberto Gutiérrez.

En ese tiempo él trabajaba como comerciante vendiendo cerámica en las ferias de las ciudades vecinas. A partir de ser diagnosticado con IRC, tuvo que dejar de hace esa actividad y recurrir a sus familiares para solicitar apoyo para su tratamiento.

“Esta enfermedad es realmente crítica, te deja sin nada literalmente; yo perdí todo lo material, familia y sólo hoy cuento con mi madre que sigue a mi lado acompañándome”, comenta en entrevista.

En el 2002 logró su trasplante y en la actualidad después de 13 años con su nuevo riñón, sigue tomando  medicamentos  inmunosupresores, utilizados en la prevención del rechazo de los trasplantes, los cuales poseen un alto costo.

Jesús Ramírez ha podido solventar sus gastos gracias al apoyo que la asociación civil “Ayúdame” le ha brindado desde hace 5 años.

El calvario económico

Es en la cuestión económica  donde se sufre el mayor de los calvarios en los enfermos de IRC. Cualquiera de las dos vías de tratamiento para la insuficiencia renal, vía perinatal o por medio de una máquina filtradora de líquido sanguíneo, son muy costosas.

Los tratamientos de diálisis requieren 15 cajas de bolsas de  solución a base de agua cada mes para con un gasto aproximado de 4 mil 500 pesos mensuales.

Para la hemodiálisis, los enfermos se trasladan a Celaya o León,  municipios donde hay hospitales especializados en tratar esta enfermedad. Además, el costo de cada sesión oscila entre los  1 mil 700 y 2 mil pesos incluidos el transporte y alimentos.

Esto deben hacerlo tres veces cada semana, lo que conlleva  un gasto de 4 mil 500 a 6 mil pesos.

Además si a esto se le suma el costo de medicamentos accesorios que se consumen a la par del tratamiento, el monto se vuelve en la mayoría de los casos imposible de solventar.

De acuerdo a estudios socioeconómicos que realiza “Ayudame, A.C”, organismo encargado de apoyar a enfermos de insuficiencia renal y cáncer, el 98 por ciento de los enfermos son de precaria situación económica. Aunado a ello, el enfermo, en muchas ocasiones, tiene que dejar de trabajar o estudiar para poder atenderse.

Este aspecto tiene repercusión en toda la familia ya que necesariamente se involucra en el pago de los tratamientos médicos y exámenes médicos.

Una vez que la IRC es diagnosticada, empieza el largo peregrinar en los aspectos de  salud, trabajo, emocional, economía y  relaciones familiares se ven deteriorados día a día.

La interminable lista de espera

La esperanza de los enfermos renales es encontrar un trasplante de riñón, ya sea donado por algún familiar cercano, o estar en la lista de espera.

Según el centro estatal de trasplantes CETRA,  existe en el estado  un total de 1 mil 490 personas en espera de un riñón, e incluso una vez trasplantado se requiere  seguir tomando medicamentos inmunosupresores de por vida, con un alto precio para mantener en buen estado su riñón recién adquirido.

Juana Érika Balderas Rayas es una chica de 25 años,  alegre, de baja estatura debido a que la enfermedad que le fue detectada a los 13 años, mermó el desarrollo de su cuerpo.

“Tenía 13 años cuando me tuve que salir de la escuela y empezar a andar de hospital a hospital. Tuve suerte dure 8 meses con diálisis y me trasplantaron un riñón, pero dure poco con ese riñón,  no me lo aceptó mi organismo. Volví a hemodiálisis 8 meses, y me volvieron a trasplantar y ya llevo 10 años con este riñón”, comenta.

Su madre Esther Rayas señala que esto ha sido toda una batalla.

“Tengo más hijos, tener que dejarlos solos para acompañarla a sus tratamientos ha sido toda una odisea, y sobre todo los costos”.

En una sola familia cuatro enfermos

Hernán Ignacio Moreno Rodríguez tenía 22 años y se encontraba en  Estados Unidos  para apoyar a su familia. Su gusto le duró poco: tuvo que regresar a México por ser diagnosticado con IRC

Ahora a sus 25 años está en espera de un riñón, aunque ya lleva tres años tratándose con hemodiálisis; pero eso no es todo: “hace un año mi hermano Erik de 23 años también se le detectó la enfermedad, y dos de mis hermanos más chicos están en tratamiento preventivo”, narra.

Si  para un enfermo es atroz, yo tengo 4 en mi familia y las autoridades de salud nada de apoyo, asegura Hernán, quien aclara que esta enfermedad no es cubierta por el Seguro Popular.

“La asociación Ayúdame nos ha apoyado en todo momento desde información, tramites de apoyos, registro en el hospital de alta especialidad, e investigaciones en nuestra familia del por qué nos está ocurriendo esto”, afirma el padre de Hernán.

Este es un ejemplo de la odisea, que cotidianamente viven los 750 enfermos, agrupados en ayúdame, mismos que lanzan un llamado de auxilio a  las autoridades de salud en Guanajuato.

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Hernán tuvo que regresar de los EUA. Foto: Roberto Gutiérrez.
Roberto Gutiérrez Torres
Roberto Gutiérrez Torres
Reportero Zona Norte del Estado. "Seremos estrategas minuciosos buscando siempre el objetivo" robertogtz64@gmail.com / @Roberto_GtzT

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