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domingo, abril 28, 2024

La nalgada de Márquez

Al uso y costumbre de las familias autoritarias del rincón, el padre-gobernador de Guanajuato decidió dar el golpe disciplinador: policía militar, carajos.
Para esos muchachos malcriados que dejan su tiradero de cadáveres por donde sea, la mano dura.
Para los jueces que son permisivos, regaños y quejas ante el público expectante. Con los municipios, puro enojo porque no hacen nada de nada. Y para los legisladores, exigencia de poner leyes duras, más duras en sus términos.
Pero como todo padre éste tiene a sus consentidos: al ministerio público y a la encargada de seguridad pública, sus palmaditas y guiños que les dan a entender que no ve sus fodonguerías.
Frustrada su idea de tener el reino de Cristo en esta tierra y, por eso, considerarla santa e inmaculada, decidió dejar atrás todos sus fracasos: nada de escudito, cero mando de policías entrenaditos y castos, ni hablar de fideicomisos para gastar en correccional.
Como buen autoritario, ninguna explicación, justificación o algo que sirviera para entenderle en sus afanes. Él hace lo que quiere porque sí y porque sí. Para eso sirve tener el control absoluto de todas las instituciones de esta familia gubernamental blanquiazul.
Pero ya se acaba el periodo oficial del gobierno del de tres emes y su evidente fracaso el lo básico no lo esconde ni la sonrisa monumental que siempre se ha cargado en público. Ya vienen los tiempos de los cardos…

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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