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domingo, abril 28, 2024

México Empapado

Sé que el título suena a libro de Francisco Martín Moreno, pero se refiere a otro Francisco, el argentino. A comienzos de la semana, pensaba escribir sobre su visita a México, cómo el país se vuelca sobre los preparativos de la gira, sobre detalles importantísimos; el avión en que llegará, el menú que se servirá, las plazas y calles remozadas, las fachadas de los templos recién pintadas, los boletos primorosamente impresos y “generosamente” repartidos por la Curia.

Un bálsamo que nos visite el Sumo Pontífice en medio de los escándalos, la devaluación, la inflación maquillada y el endeudamiento galopante. Un alivio, piensan muchos, a pesar del temor de algunos de que venga a señalar lo que todos saben que está allí, pero a nadie le gusta nombrar.

México se vestía de Papa; preparaba los coros infantiles, las composiciones de comediantes autodenominados artistas, las playeras, las comitivas, los desfiles, los acarreados. Como si el carnaval se hubiese alargado una semana para olvidar lo larga que es la Cuaresma.

Pero no hay Papa que borre las imágenes del cuerpo asesinado de otra periodista, 32 años, madre de un bebé de quince días. Atada y torturada se convirtió en la víctima número 17 durante el actual gobierno de Veracruz, que termina este año. Días antes la sacaron a punta de pistola de su hogar en Orizaba. No sorprende que hasta los periodistas culturales de esa entidad, tengan miedo.

No hay Papa que haga a los editores mexicanos unirse y alzar sus voces como una sola. Ni Francisco es capaz de hacer que los medios tengan una respuesta conjunta que exija respeto a los mensajeros, a sus empleados o colaboradores. Cada quien sigue laborando desde su trinchera, muchos con la seguridad que les brinda actuar como voceros; otros pocos, las futuras víctimas, investigando y denunciando. Quizás a la espera de su momento para engrosar las listas. Todo sigue igual, un número más, pura estadística.

Ni Bergoglio, ni el papamóvil, ni las banderitas sirven para matizar lo que pasa en las cárceles de este país, que se jacta de pertenecer a la OCDE con un sistema penitenciario que nos recuerda más a Honduras. Ya no fue un túnel, ni una fuga masiva, esta vez una masacre. “Una batalla campal”, “horrible y terrorífico”, fueron palabras empleadas por el gobernador de Nuevo León.

Al leer las cronologías presentadas por algunos medios, es fácil observar que desde el 2008 este tipo de enfrentamientos es más común, deja cada vez más muertos y ratifica cuán permeadas están las autoridades por la delincuencia.

México está feliz porque viene el Papa, porque habla español, porque irá a la frontera de la infamia y hablará a favor de los migrantes, platicará con los indígenas en Chiapas y se tomará la foto con todos los políticos. Y quizás se cuelen los de Ayotzinapa, y talvez el jesuita mencione a los 27.000 desaparecidos. Pero se irá Francisco en unos días y México seguirá empapado, y listo para seguir empapándose en la sangre de sus hijos.

Comentarios a mi correo electrónico: panquevadas@gmail.com

Jaime Panqueva
Jaime Panqueva
Escritor, economista, promotor cultural, puericultor, amante de la ópera y de los tacos de montalayo. Este colombiano-mexicano afincado en Irapuato escribe ficción histórica, crónica, artículos periodísticos, entre otras curiosidades.

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