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sábado, mayo 10, 2025

Una vida en Temacapulín… y hasta la muerte

Imágenes Miguel Castro, Video Alexis Luna

Jalisco. Con el corazón duro de tanto golpe, se describen los pobladores en Temacapulín, una comunidad en el municipio de Cañada de Obregón que quiere dejar de cumplir años en incertidumbre y regresar a la paz, antes de aquel anuncio en 2005 que no olvidan: dejarán su pueblo por el mega proyecto El Zapotillo.

María Isabel Córdova, nació y creció en Temaca, vive justo a un costado de la plaza principal y atiende una tienda de abarrotes que hoy está plagada de imágenes de su tierra, fotos y frases de lucha.

La lucha social que comenzaron desde aquella tarde-noche la recuerda con detalle, pero además, en cada poblador hay una constante: tienen en la memoria los nombres y apellidos de gobernantes, las etapas por las que ha pasado el proyecto y no dejan de informarse sobre lo que puede o no pasar con su pueblo.

María Isabel, habitante de Temaca
María Isabel, habitante de Temacapulín. Foto: Miguel Castro

“Empezamos a ver que llegaban patrullas y hasta como ejército, unos niños empezaron a tomar fotos y quisieron intimidarnos. Así han pasado los gobernadores, por ejemplo Emilio (González Márquez) él prometió que si el 50 más uno no quería que se hiciera la presa, no se hacía y después aparecieron cartelones que en 15 días escogiéramos donde nos íbamos a ir vivir”, recuerda perfectamente Isabel Córdova.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2010, en Temaca había menos de 500  habitantes, cuando empezaron las reubicaciones, hubo quien sí decidió vender al gobierno.

Francisco Ramírez Acuña, gobernador de Jalisco en septiembre de aquel año, fue el encargado de anunciar el proyecto que a la fecha mantiene la misma promesa: una presa con una cortina entre los 80 y 105 metros, un acueducto de 140 kilómetros para dotar de agua a Los Altos, pero también al municipio de León.

Para 2007, otra promesa del gobernador en turno se vino abajo cuando Emilio González anunció que la presa quedaría por encima de los 100 metros, lo que dejaría bajo el agua a Temaca.

“Sí hay un paraíso terrenal es Temaca”, lanza Isaura Gómez que está por cumplir 82 años, que nunca ha vivido en otro lugar, ahí crío a sus hijos aunque ellos ahora estén en Monterrey la visitan y desde allá se solidarizan con la permanencia del pueblo.

Isaura, habitante de Temaca. Foto: Miguel Castro

“Arriba del poder del Gobierno está Dios y los políticos de Jalisco cero y van tres rajones, lástima de pantalones y cintos bien fajados”, revira la señora, que camina con apoyo de un bastón pero no pierde el uniforme de lucha con una playera que anuncia la resistencia.

Taliconyunque, un “fraccionamiento” desde donde se ve Temaca, nunca fue opción para los pobladores aunque sí para el gobierno de Emilio y para la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), líder en todo este proyecto de más de una década.

Los vecinos ubican perfectamente a quienes sí aceptaron vender o la indemnización, aunque ahora ya no sean tan bien recibidos, muchos siguen teniendo propiedades en la zona.

Guanajuato: los hermanos

Para los habitantes en Temaca, León a donde pretenden llevar agua con el acueducto que tiene dos años detenido tras la renuncia anticipada de la concesionaria Abengoa, es un hermano de lucha.

Los enemigos verdaderos son aquellos que vendieron y dejaron sus casas aceptando la propuesta del gobierno. Guanajuato, aunque de los principales impulsores es el propio ex gobernador Vicente Fox y todos los que los que le precedieron, son considerados hermanos.

“Tenemos familiares en León que también nos apoyan y vienen a quedarse acá, allá nos dicen que a cada rato se inundan, deberían hacer algo con toda esa agua que sí tienen y no dejar a un pueblo sin forma de mantenerse”, reitera Isabel Córdova.

En León, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAL) tiene en sus cuentas de dinero “ahorrado”, para comenzar a descontar el servicio que llegue una vez que esté listo el acueducto.

El gobernador actual, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo aseguró que se debe tomar en cuenta a los pobladores como hace unos días declaró López Obrador, sin olvidar el millón de leoneses que se quedarían sin agua.

“El pueblo no puede terminar nomás porque ya”

Santiago Hernández, habitante. Foto: Miguel Castro

Está por llegar a los 90 años, con una andadera Santiago Hernández va y viene a sus propiedades en Temacapulín, sus 10 hijos y tres decenas de nietos y bisnietos recorrieron cada calle de la comunidad que de inundarse, lo hará con ellos.

“Críe diez hijos, todos crecieron aquí y no es justo que este pueblo lo terminen nomás porque ya”, dice enojado.

Se dedicó a ser maestro albañil, presume que las torres de la iglesia Virgen de los Remedios fueron dirigidas por él, mismas que de inundarse sería lo único que se vería del pueblo.

Los datos acumulados en más de una década los habitantes los tienen presentes para su defensa;  auditorías pendientes, la decisión en 2013 de la Suprema Corte de Justicia (SCJN) para ponerle alto al proyecto y los nuevos datos que sigue arrojando el Observatorio Ciudadano del Agua de Jalisco, pero sobre todo el cumplimiento a la promesa que en tres ocasiones les hizo el presidente de México: Temaca no se hunde, los habitantes pasarán el resto de sus días ahí.

Habitantes de Temaca. Foto: Miguel Castro
Vania Jaramillo
Vania Jaramillo
Reportera en Zona Franca. Graduada en Periodismo Digital/ ex colaboradora en Periódico AM. Twitter @VaniaJaramilloS Cualquier información @vanjaramillo@gmail.com

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