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viernes, abril 26, 2024

Advierte más modificaciones en azotea de la casa del Intendente Riaño que opera como bar

Guanajuato, Gto. La azotea de la casa del Intendente Juan Antonio de Riaño y Bárcenas que opera como bar, del que presuntamente es socio Saúl Navarro hijo del alcalde Alejandro Navarro, ha sufrido una serie de remodelaciones que no han sido autorizadas ni por las autoridades municipales ni por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), reconoció el director de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial, Juan Carlos Delgado Zárate.

La semana pasada transcendió que, en la terraza del inmueble catalogado por el INAH, se colocó una estructura metálica sin los permisos correspondientes, por lo que el propietario de la casona del siglo XVIII, fue requerido.

Azotea vista desde el Teatro Cervantes. Foto: Tere Segura. 

En entrevista, Juan Carlos Delgado refirió que esta vivienda forma parte de azoteas a los que se les han hecho modificaciones, de manera irregular, para operar como bares y restaurantes:

“Sí advertimos una serie de modificaciones”, dijo el funcionario.

“Toda construcción, letreros, en el Centro Histórico, tiene que pasar por el INAH y por nosotros. Hay una relación de azoteas que se encuentran ocupadas, la mayoría para bares y restaurantes; esa casa está dentro de esas mismas. Hay muchas que ya venían funcionando como azoteas y se les han hecho una serie de modificaciones, y de repente nos cuestionan si hay una nueva modificación, pero es un tema viejo”.

En entrevista, dijo que debido a la contingencia de COVID-19, la operatividad de la Dirección se vio reducida, por lo que están esperando a normalizar los trabajos para revisar cada caso en particular.

No obstante, comentó que se colocaron requerimientos en el inmueble por parte de la Dirección a su cargo y del INAH, para que el propietario “explique de lo que se trata” y en su caso se regularice, aunque a la fecha no a habido un acercamiento voluntario.

“Nuestro punto es cuidar la seguridad y la estabilidad de los inmuebles, el segundo punto es cuidar la fisionomía de la ciudad, donde el INAH lleva la primacía, pero es un trabajo conjunto que habrá de verificarse y determinar lo que se puede regularizar, porque hay cosas que son regularizables y otras que definitivamente no”.

Expuso que aquellas modificaciones en las azoteas que no son regularizables, de manera definitiva tendrán que retirarse o demoler, y en el caso de la estructura metálica, dijo que se tendría que hacer un análisis de acuerdo con la estabilidad del inmueble y la fisionomía de la ciudad, reiteró.

El director de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial señaló que, de hacer caso omiso al requerimiento, procedería levantar un acta circunstanciada, luego una visita de inspección y si sigue sin apersonarse el propietario, procederían a la demolición o retiro del elemento.

Finalmente comentó que son alrededor de 60 terrazas detectadas, de las cuales el 80 por ciento operan como restaurantes bares, a cuyos propietarios se les ha requerido por hacer modificaciones sin los permisos correspondientes.

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