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domingo, abril 28, 2024

La ingeniería, un mundo también de mujeres

Irapuato, Gto. “Desconfíe de mi capacidad y de que a lo mejor ya me tenía que quedar de analista, mientras me caso o algo pasa, porque era un ingreso medio y yo soy mamá soltera, recordó Gaby Flores, ingeniera civil. 

El sector de la construcción en México tradicionalmente se asumió como “un mundo de hombres”, donde actualmente las mujeres también se desempeñan en esta profesión. 

Foto: Zona Franca.

La tarea no ha sido sencilla para ellas, quienes desde su trinchera forman parte de esa lucha por la igualdad de género. Al cierre del cuatro trimestre del 2023 en el país, de más de 250 mil profesionistas en ingeniería civil y construcción con ocupación, sólo el 11.7% son mujeres, según la Encuesta Nacional de Ocupación (ENOE), que emana del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y comparte la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). 

A esto habría que añadir que el salario para las mujeres en este sector, es mínimo al que genera un hombre, con todo y que la escolaridad es similar o igual entre ambos géneros.

Si bien emplearse ha sido el proceso más complejo para las mujeres egresadas de esta carrera, iniciar una empresa propia, es un reto aún mayor, que ha hecho excepcional la trayectoria de Gaby, hoy especialista en Planeación de Recursos Hidráulicos, y directora general de PROGA

Su pasión es trabajar en proyectos de ingeniería, carrera que eligió por su gusto por las matemáticas y la influencia de su padre, ingeniero que se dedicaba a la construcción, y le apoyó, situación que la consideró afortunada, pues las familias de algunas de sus compañeras, señalaban que esa es una carrera de hombres. 

Gaby Flores ingresó a la Universidad de Guanajuato (UG), donde compartió un salón de clases con solo dos o hasta diez compañeras y más 30 estudiantes hombres, lo que ya de entrada, le implicó cambios. 

Detalló que ser mujer y caminar por una explanada del edificio era sinónimo de chiflidos y acoso, situación que repercutió en su forma de vestir, lo que también hicieron sus compañeras, como si se tratara de un tema implícito.  

“Yo me vestía como hombre, porque pensaba que solo así podía estudiar la carrera, yo no me arreglaba, así lo veía porque sabía que las muchachas guapas por ejemplo, o así, no las tomarían en serio en la escuela, y me quería salir de ese grupo, que no me vieran como una mujer atractiva, entonces yo casi no me arreglaba, pasaba desapercibida, y fue hasta ahora que tengo mi empresa que exploté mi lado que es el mío, una persona femenina, y antes no abrazaba mi feminidad, ya lo aceptó más”, explicó. 

La empresaria reconoce que llegó a hacer compañerismo con algunos otros estudiantes hombres, cuyo comportamiento era de respeto hacia las mujeres, tal y como ocurrió con sus profesores de la carrera. 

En el mundo laboral, ella trabajó como supervisora, lo que se complicó primero frente a la experiencia de algunos ingenieros, que no deseaban recibir la instrucción de una persona recién egresada, posteriormente se empleó un año como residente de obra en la constructora de su padre, donde los trabajadores de la construcción, no deseaban que una mujer les dijera qué y cómo hacer las cosas. 

Una vez hecho esto, decidió seguir su trayectoria sola, donde las complicaciones se agravaron, tras haberse postulado e ingresar en un organismo municipal operador de agua, donde aprendió que no importaba su eficiencia, pues como mujer no había manera de escalar a un puesto. 

Su propio jefe le reconocía que ella sabía más que él, pero la necesitaba dentro de su equipo, y lo que fue un halago, pronto la fue desmotivando. 

“En los nueve años que estuve ahí con todos los conocimientos que tenía, experiencia, confianza de incluso el director general no hubo manera de subir, traté incluso, de moverme de manera horizontal y no me lo permitían, me dedicaba a proyectos, ya me podía arreglar, y podía explotar la feminidad, pero algunos directivos tenían la idea de que era bonita para ser inteligente, para ser ingeniera, mandar a la gente o hacer lo que tenía que hacer, siempre me truncaron subir”, dijo.

Dentro del organismo operador, como ingeniera civil intentó aplicar para cuatro plazas: dos áreas  de su mismo nivel y dos direcciones, sin que le dieran la oportunidad de subir, ya que esos cargos, incluso le comentaron, eran para hombres, pues requerían de mandar a la gente. 

“… yo les decía es que he sido residente de obra, he estado al frente, sé cómo dirigirme con la gente y a lo mejor me ves en tacones porque estoy en la oficina, pero yo tengo mis botas siempre, porque sé que me tengo que desenvolver en cualquier terreno y  no hubo la oportunidad. Ahí me  hicieron dudar de mi capacidad, decir, será que lo puedo hacer, soy lista; me truncaron el crecimiento,  que desconfíe de mi capacidad y de que a lo mejor ya me tenía que quedar de analista, mientras me casó o algo pasa,  porque era un ingreso medio y yo soy mamá soltera”, expuso.

Sus compañeros de carrera escalaban de puesto, eran reconocidos, mientras que ella, se sentía estancada, pero con un deseo de emprender, por lo que en la recta final de su paso por el organismo operador de agua, empezó a alternar sus actividades laborales con la elaboración de proyectos que le podían obtener otro ingreso. 

Nace Proga 

Llegó el 2020, un año que marcó la historia del mundo a causa de la pandemia por Covid- 19 y si bien esto trajo consecuencias devastadoras en salud y economía, hubo quienes se reinventaron dentro del emprendimiento y una de ellas fue Gaby. 

“Empezó la pandemia y nos mandaron a casa, y ahí ya tenía la idea de la empresa, había hecho mi cartera de servicios que iba a ofrecer, ya tenía bastantes cosas, pero no tenía todavía un plan de cuándo, ni lo había promocionado. Pero me he dedicado a prepararme y ayudar, y empecé con el proyecto y lo tenía en el closet y ya en pandemia fue de reflexión, mandaron a mi hija a casa y yo a casa, estábamos las dos ahí y dije qué va a pasar, cuando yo regrese a trabajar, dónde la voy a dejar”, dijo. 

Refirió que con un proyecto importante en puerta, analizó su situación económica y con un control de ingresos, se percató que trabajar por su cuenta le era más productivo que en la institución, pues incluso invertiría sus ocho horas laborales, tiempo que también le servía para relacionarse, por lo que decidió renunciar en la contingencia. 

A la par y ya como emprendedora ingresó a la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (Amexme), donde los encuentros virtuales con otras personas del género femenino, la empoderaron, y la motivaron a pertenecer y formar parte de este grupo, de la que actualmente es miembro. 

“Renuncié, empecé por mi cuenta, empecé sola, no tenía mi computadora, tenía una laptop bien viejita y así fue como empecé; lo que he notado es que en ingeniería puedes tener clientes, pero ellos no tienen trabajo continuo, entonces es esporádico, porque hay clientes que conoces y sólo puedes trabajar en tres proyectos y no les salen los proyectos que hago y yo debía diversificar más, pues con tres proyectos al año no te ayuda al tener una empresa”, compartió. 

De esta forma, Gaby tuvo que buscar clientes y abrirse camino no solo en Irapuato, sino otras ciudades y entidades del país con lo que materializó sun empresa dedicada a la elaboración de proyectos, que consiste en diseño, plano, y plan de trabajo para construir, siendo su enfoque principal vialidades, y lo relacionado en temas agua, drenaje, alcantarillado y plantas de tratamiento. 

Como especialista en recursos hidráulicos, su finalidad es elaborar proyectos con una visión de desarrollo sustentable. 

Pronto, su empresa PROGA se adhirió a Marca Gto, mediante el impulso de Amexme, para lo que aplicó con el cumplimiento de las especificaciones, donde lo principal es que haya orden: altas, facturas, clientes. 

Actualmente busca certificarse como empresa socialmente responsable, y distinguirse por la atención al cliente con políticas que procuren informar y darle a conocer los avances en cuanto a sus servicios, así como formalizar todo proyecto que entrega. 

Emplea a cuatro personas con dos vacantes disponibles, que es muy probable pueda ampliarse, con un contrato importante que le implica nuevos retos, porque precisó: “no dejó de sembrar, busco trabajo como si no tuviera”

Gaby Flores dijo que la confianza en la mujer es lo más importante, que crea en sus capacidades, instintos, ya que se ha hecho pensar que en el mundo de hombres, no importan la opinión de ellas, lo que no es verdad, pues siempre hay maneras de darle la vuelta a las situaciones, sin dejar desistir de los proyectos, enseñanza que busca heredar y trascender a través de su hija. 

“Mi hija es mi principal motivo de vivir y de superarme y quiero ser su ejemplo, en eso, en que lo que quieras, lo puedes lograr siempre y cuando te esfuerces y tengas disciplina y que no vea ser mujer como una traba; ella es más artística, las matemáticas se le facilitan, veo que es muy plástica, hace esculturas y dibuja, es muy artística, no le quiero imponer nada, lo que quiera hacer está bien, siempre y cuando sea libre, quisiera que ella recuerde de mi, que ella vea que no he querido sacrificar la libertad que tengo de hacer las cosas y los objetivos que quiero lograr ”, expresó. 

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